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domingo, 23 de septiembre de 2012

CLAVES PARA EDUCAR CONTRA EL ESTRÉS



Nuestra preocupación debe estar dirigida en una doble dirección para combatir el estrés: plano fisiológico y plano psicológico. Respecto al primero, es necesario favorecer una dieta y reposo adecuado, así como un sano y proporcionado ejercicio físico, acompañado por un tiempo de ocio, que verdaderamente sirva para relajarse y no genere más tensión. (es lo que ocurre muchas veces, en las “escapadas los fines de semana”, en que el descanso se convierte en estrés por culpa de los atascos o el intento de hacer muchas cosas en poco tiempo: visitar a unos amigos, ir de compra, etc.).

En el plano psicológico la situación es más compleja. Enunciaremos algunas claves que consideramos imprescindibles para evitar el estrés negativo que nos conduce la angustia:

Metas adecuadas: es decir, no exigir más de lo que el niño pueda dar ( ni por supuesto tampoco menos ): a nivel académico, deportivo, de responsabilidad, etc. El mismo debe ir acepando sus propias limitaciones, no como un defecto, sino como su propia realidad, que le puede producir bienestar y paz mental.

Favorecer la autoestima: dos ideas básicas: cuando el niño triunfe (haber realizado un buen examen, haber hecho un buen partido de fútbol o una acción de solidaridad, etc. ) no echarle un jarro de agua fría con comentarios como :”está bien, pero no te duermas en los laureles”; cuando fracase, apoyarle con palabras de aliento, transmitiéndole que lo queréis no por lo que hace (buenas notas) sino por lo que es (vuestro hijo).

Buena gestión de su tiempo: no porque haga muchas cosas es mejor: si va al colegio, y después a clase de inglés, y dos días a la semana a natación, o bien a pintura o ballet, posiblemente termine ahogado por la falta de tiempo... para respirar ( jugar, ver un poco la TV, leer o pasear, etc.).

“Vacunarse” contra el estrés: así como existe una vacuna contra la gripe y otras enfermedades, deberíamos vacunar a nuestros hijos contra el estrés. ¿Cómo? No sobreprotegiéndoles de tal manera que parezca que viven en el paraíso terrenal : nada se les niega (todos los juguetes y caprichos están a su alcance), todo les es permitido. A este respecto decía un autor: “El niño que nunca oye la palabra no en boca de sus padres, será un niño infeliz y estresado” (no aprenderá a poner limites a sus deseos y necesidades).

Ambiente familiar acogedor: un gran antídoto contra el estrés es un medio familiar tolerante y flexible, donde todo se pueda pensar y decir (aunque no realizar), y donde el niño se sienta querido y valorado, y donde las reglas de comportamiento sean claras y asequibles. Quizás una de las mil formas que existen para crear este ambiente son las actividades familiares conjuntas: paseo por el parque, juegos colectivos, comer fuera de casa, viajar, etc.

Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra

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