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domingo, 8 de diciembre de 2013

QUIERO COMPARTIR CON TODOS CÓMO DANZAR LA TERNURA




Quiero compartir, a modo de resumen, con todos lo danzado el fin de semana, 30 noviembre y 1 de diciembre, con un cielo precioso y con gente más hermosa todavía.

DANZAR LA TERNURA, ¿Es posible?, sí, la danza rompe la barrera entre lo interior y lo exterior, arriba y abajo, tu y yo… Nos permite expresar emociones diversas, alegría, paz, comunión….

La ternura es el rostro del amor, es una acogida incondicional, sin preguntas, y es la entrega que damos sin ahorrarnos, sin replegarnos, regalando. Así, es como va siendo realidad la comunicación y la comunión, la benevolencia, o dicho de otra forma, el querer el bien queriendo bien.
Con la ternura abrazamos la existencia con asombro, con delicadeza, con afecto. Y lo mejor de todo, es que todos podemos ser ternura, si somos fuertes con nuestro carácter fuerte y si somos frágiles, con nuestra fragilidad….

 La ternura es de todos y para todos si la elegimos como una opción en nuestra  vida.  Y lo hacemos cuando somos transparentes, estando menos pendientes de vender imagen que de ser auténticos. Cuando somos empáticos y salimos de nosotros mismos para hacer un hueco al otro, olvidando un tiempo la frialdad, la impaciencia, los cálculos….. Cuando somos libres y con alegría va sonando esa sintonía de los latidos del corazón propio y ajeno sonando juntos.

Entonces, gritamos gracias: Gracias por el regalo que son aquellos que amamos, con quienes compartimos si nos sentimos débiles y necesitados y con quienes compartimos también esos otros momentos de felicidad. Gracias por el continuo proceso de ser quienes somos y por la aventura de la vida que nos reta y estimula. Gracias porque vemos que nuestros dones crecen en el trabajo compartido. Gracias porque vamos aprendiendo que es hermoso el camino de la humildad a la que la ternura nos empuja.

La ternura nos plantea elegir, pero si elegimos ir por su senda, nos orienta a una manera de vivir respetuosos con la VIDA, la propia y la de los otros, la de la tierra y el universo del que formamos parte. Así, descubrimos que hay gente que va desnudando el tiempo de prisas y alborotos para sentarse a saborear y saborearnos, gente  que con sólo dar la mano, rompe la soledad, pone la mesa y coloca guirnaldas, gente que aún con el dolor grabado en la planta de los pies consigue que la vida, como una semilla, salga de lo más profundo para purificar cada  instante, gente que no se cansa de recolectar luces en el camino como eternos buscadores.
Son estas personas las que nos enseñan que el mundo está lleno de almas buenas, gotas de amor con una santidad manchada de tierra… Tú, una de ellas

Muchas gracias por el regalo de vuestra compañía y vuestra danza. Gracias por el regalo que es la esperanza y la escucha que el TE reparte.

Paz y bien

Mª Antonia Fernández, 
coordinadora del Taller de Danza contemplativa


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