- A ritmo de bolero -
Hay personas que van por la vida a ritmo de bolero.
No digo que los boleros no sean bonitos, románticos y agradables de bailar. Sobre todo si la pareja es la adecuada y el sitio acogedor. Pero la letra, en la mayoría de los casos, está plagada de irracionalidades y falsas creencias que, si no tenemos cuidado, acabamos por interiorizar.
Por ejemplo: amamos intensamente siempre que nos enamoramos, no “solamente una vez”; Yo sin ti sigo siendo yo –aunque sola- no “sin tu amor no soy nada”; Las mujeres somos compañeras, parejas, amigas, amantes… no “muñequitas lindas”; el amor ha de ser liberador y el cariño acogedor, no “un castigo”; El día que me quieras lo celebraré y estaré feliz, pero “las campanas dirán que ya eres mía” no se cumplirá, porque nadie es propiedad de nadie. Supongo que Dios tendrá otras cosas que hacer que “hacerme quererte, para hacerme sufrir más”. Y mi religión, si la tengo, no será “adorarte”.
Y así podríamos seguir.
He conocido a personas que, aferradas a este tipo de ideas y a creencias similares, se niegan a olvidar un pasado (seguramente no tan perfecto como lo pintan) y renuncian a vivir un presente que no les interesa. Cierran los ojos, los oídos y los sentimientos a todo lo que no sea el recuerdo y la añoranza del ser querido que un día les dejó. Y con ello están cerrando toda posibilidad de curación y de superación personal.
Existen boleros, sí. Pero también salsa, merengue, vals, cha-cha-cha, rock and roll, tango…
M.E.Valbuena
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