Durante tres días el protagonista de nuestro blog es CRISPÍN D´OLOT. Lo vamos a conocer en profundidad porque se ha empleado a fondo. Dinos tú, visitante del blog, qué te ha parecido, en comentarios. Nosotros ya adelandamos que es un hombre lleno y profundo. Y, sin más preámbulos, esto es lo que nos ha dicho.
1º.- Decía Antonio Machado que su infancia eran recuerdos de un patio de Sevilla. ¿Cuáles son los recuerdos de la infancia de Crispín d’Olot?
En la infancia todo parecía grandísimo. Si subías a un coche, ibas repantingado sobre el asiento, no llegabas a los pedales y tenias que estirar el cuello para poder ver por el cristal. Si nevaba, te hundías hasta las rodillas. Si llovía, corrías el peligro de caer a un charco de un mal salto y ahogarte. Las piruletas casi no te cabían en la boca y la ciudad era una gigantesca urbe romana.
Un día, cuando vivíamos en la casa del barrio san Eusebio de La Bañeza, mi padre aseveró haber visto un erizo en el patio la noche anterior. Yo lo interrogué implacablemente y aguardé preocupado el regreso del animalejo, que nunca más volvió.
El acontecimiento tenía para mí el sabor y la emoción de un encuentro entre civilizaciones cósmicas. Aquel hecho prefigura de alguna manera mi sensibilidad, el encuentro de lo real y lo fantástico, el deseo de que la realidad de alguna manera es influenciable por la imaginación.
2º.- Cervantes creó las figuras de Don quijote y Sancho y en su época resultó ser un incomprendido. ¿Quién te hubiera gustado que te hubiera comprendido y no lo hizo?
El ambiente social en el que discurrió mi niñez y mi juventud, no me comprendió –no paremos mientes en que la incomprensión es una de las características anímicas de la adolescencia-. Felizmente el destino o la vida o Dios, puso en mi camino los libros. Sin ellos ahora tal vez estaría en el siquiátrico. Con los libros, como a través de un telescopio, pude observar desde mi cuarto, como de lejos, la vida, otro universo al que dirigir mis anhelos, escapar de los límites de mi barrio y de mi pequeña ciudad de provincias.
3º.- Teresa de Jesús de jovencita se escapó de su casa y se refugió en el convento de la Encarnación. ¿Qué te llevó a ti a refugiarte en los libros? ¿Qué encontraste en ellos que la vida te negó?
Cuando uno es joven está llamado a hacer grandes cosas y la sociedad, la familia, etc. te imponen ciertas restricciones y coerciones. Los libros son la válvula de escape perfecta: hay alguien ahí fuera, en New York, en Calcuta, en Vegamián, que te envía un mensaje oculto en páginas. Suelen ser bichos raros como tú. Son escritores. Al leerlos te vuelves como ellos, hay quien afirma que al leerlos eres ellos a tiempo real. La mísera condición de tu vida hecha de restricciones queda aplazada.
Yo descubrí la literatura con la ciencia ficción, género que viene a ser la novela de caballería moderna. La ciencia ficción era una forma de viajar a países imaginarios, de conocer culturas diferentes, de aprender ciencia, sociología y filosofía. En ellos encontré evasión y solaz. Estaba y estoy terriblemente enganchado a autores como Philip K. Dick, Ursula Le Guine o Ray Bradbury.
4º.- A Julio Llamazares le inundaron su pueblo de Vegamián y decidió emigrar. ¿Qué te hizo a ti salir de tu tierra? ¿Por qué elegiste Barcelona?
La grandeza de un caballero andante se mide por la grandeza de sus hechos. La de un juglar, también. Cuanto mayor es el reto mayor es la valía. La tremenda insatisfacción de mi vida –que sobrellevaba con el mejor aplomo- me hizo salir de mi tierra. Yo quería poder decirle al mundo lo que dijo Roy Batty en Blade Runner: Yo he visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhauser... todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. ¡Es tiempo de morir! Roy Batty vivirá muchos años en el magín de los hombres gracias a sus inspiradas palabras. En España busqué lo más alejado de mi hábitat no sólo geográficamente sino en estilo de vida. Quemé mis naves y me fui a Barcelona. No quería morir sin recuerdos que perder como lágrimas en la lluvia.
5º.- Víctor Hugo alcanzó la fama con “Los miserables”. ¿Qué te llevó a ti al mundo de la marginación? ¿Qué valores encontraste ahí?
Víctor Hugo es uno de los escritores románticos más influyentes habidos y por haber. Su huella en Rubén Darío es honda y clara. ¿El mundo de la marginación? Vamos a ver, es cierto que mis comienzos juglarescos se sitúan ahí, en esa tierra de nadie donde la sociedad no impone sus reglas de juego. Y bien mirado, solamente del mundo marginal puede surgir la novedad. Si una de las premisas del arte en la actualidad es mostrar realidades alternativas a la realidad estándar, a la impuesta por la tecnocracia reinante, los espacios marginales son el perfecto caldo de cultivo para su desarrollo. Mi aislamiento espiritual ya me había convertido en un robinsón social. Sicológicamente estaba preparado para la marginalidad. Para poder ensayar mi utopía personal necesitaba la libertad de los parias. ¿Qué valores me aportó todo esto? Me aportó la liberación, la lucha por la vida, el ser y existir plenamente cada segundo. Prevaleció mi dignidad sobre las circunstancias, vencí la esquizofrenia y mi yo interior, personal e íntimo, se fundió con mi yo público.
6º.- El Principito de Saint de Exupery es una referencia para millones de seres humanos. ¿Quiénes fueron tus referencias en esos mundos de soledad y abandono?
Llama la atención que quisiera parecerme a un símbolo –o que el símbolo se quisiera parecer a mí-. El trovador es una estampa medieval no una persona de carne y hueso. Yo necesitaba realizarme a mí mismo a través de un legado y tenía que ser un legado arcano y remoto. Mi necesidad de autoafirmarme en esas horas de insuficiencia y marginalidad era enorme. De ahí la asunción de un juglar medieval en el siglo del Bill Gates. Ese icono del músico peregrino, poeta paupérrimo, actor sin techo, me daba fuerza para sufrir los rigores del destino con alegría y determinación. Artistas que en medio de la inopia han hecho reír y han ilusionado porque aunque sus alforjas estaban vacías su corazón rebosaba del oro de las palabras. Ese fue mi faro.
Me alegro de haberte conocido. Muy hermosa tu entrevista.
ResponderEliminarEs una satisfación leer una entrevista así y conocer personas como Crispin.
ResponderEliminarEs un privilegio,y muy enriquecedor"PARA PODER ENSAYAR LA UTOPIA PERSONAL NECESITABA LA LIBERTAD"
ResponderEliminarDesde pequeño, supo percibir las cosas, de forma diferente a los demás y enseguida se dio cuenta que no estaba conforme en el lugar en el que se estaba desarrollando. A través de la lectura conseguia escaparse a otro mundo y después tuvo la valentia de romper con todo y marcharse a otra ciudad a encontrarse consigo mismo, que es lo que deseaba, ser él y donde consideraba que iba a realizarse.
ResponderEliminarA Pepi en esta primera entrevista sólo le queda decir que CHAPO.
Seria y sincera, tanto en las preguntas como en las respuestas. ¡Que bonita forma de enfocar las preguntas y que forma de abrirse al mundo por parte de Crispín!
ResponderEliminarMe ha encantadao. Cada respuesta es pensada y profunda. Fruto de una vida, me parece a mi, que ha salido de los senderos habituales. Y es que hacer camino es doloroso y cuesta y "güevo". Esto es lo que me ha recordado Crispín. Apunto para meditar una frase, la última de la última pregunta:"...porque aunque sus alforjas eataban vacías su cprazón rebosaba del oro de las palabras. Ese fue mi faro". Te felicito, Crispín por tu valentía. Y felicito a quien ha tenido la feliz idea de traerle al blog del T.E.
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