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lunes, 7 de abril de 2014

EL PSICÓLOGO AL HABLA

Hoy iniciamos la andadura en este blog en el que amablemente se nos ha invitado a participar. Me alegra colaborar para esta excelente Asociación que ayuda y da esperanza a tantas personas en situaciones de crisis. Nuestra experiencia se circunscribe al ámbito de la psicológica clínica en la provincia de León desde hace casi 30 años. Me gustaría comenzar hablando de uno de los principales problemas de consulta actual como es la ansiedad que en estos momentos de crisis está aumentando.

LA ANSIEDAD Y SUS SÍNTOMAS

La ansiedad tiene una función adaptativa ante un desafío o una amenaza. Es un estado de alertaque resulta muy útil porque nos estimula para actuar de acuerdo con las circunstancias y adaptarnos al ambiente que nos rodea. Pero los patrones de respuesta difieren entre las personas.
En la vida cotidiana solemos tener un nivel medio de ansiedad, pero cuando el nivel de activación o estrés es demasiado intenso, frecuente o no adecuado a las circunstancias, se considera un problema que puede afectar al organismo, al pensamiento y a la conducta produciendo alguno de estos síntomas:

Físicos: taquicardia, sudor, sensaciones de ahogo, opresión torácica, problemas estomacales, mareos, cefaleas, temblor u hormigueo en extremidades…
Cognitivos: miedo a perder el control, morir de un infarto, a volvernos locos, ideas de no ser uno mismo o no ser real lo que nos rodea, problemas de concentración y limitación en la toma de decisiones…
Conductuales:hiperactividad o paralización, conductas de escape o evitación de las situaciones asociadas…

La ansiedad no mata aunque nos hace sufrir

Tener una crisis de ansiedad o ataque de pánicoaislado no es un trastorno psicológico. Sin embargo, si a partir de esa primera experiencia, los ataques de pánico se repiten con cierta frecuencia y/o hay un miedo claro y persistente a tenerlos, entonces nos hallaríamos ante un problema psicológico.
Solemos sugerir a las personas que padecen dichos síntomas (alrededor de un 20% de la población) que acudan inicialmente a su médico para que descarte una patología orgánica que los genere. Si no existiera, los síntomas serían sólo una exageración de reacciones normales al estrés, dicho trastorno no sería peligroso ni dañino, sólo desagradable. No añadir pensamientos alarmantes ni atribuirlo a causas, lugares o situaciones concretas sería una buena solución. Fijarse en lo que le ocurre ahora, no en lo que le podría ocurrir, sería una buena norma ya que cuando deje de pensar en cosas alarmantes el temor se extinguiría. Lo importante no es evitar el miedo sino afrontarlo. Piense en los progresos que va realizando y vuelva a la actividad de forma gradual, sin precipitarse.

Control de la ansiedad con respiración y relajación

Generalmente, en las crisis de ansiedad solemos hiperventilar y se agudizan los síntomas (baja el dióxido de carbono y aumenta el oxígeno). Controlar nuestro jadeo con el uso de la respiración costo-abdominal suele ser una buena estrategia de control junto a la relajación del cuerpo cuando espiramos.
Hacerlo de forma sosegada sin huir del lugar donde nos ocurre la alteración física, distrayendo la atención hacia factores externos junto a una visión no dramática de las alteraciones psicosomáticas nos hará volver al estado anterior, generalmente, en no más de 15 minutos.
Finalmente, párese un momento a reflexionar qué es lo que está asociado a dichos síntomas y podrá descubrir los motivos iniciales que le han llevado a ello y que le hacen sufrir… pero es otra historia que tendrá que resolver si, además, desea no seguir siendo devorado por ellos. Suerte en su lucha.
Miguel Ángel Cueto. Psicólogo

Nota de la redacción:
Este BLOG inicia una nueva colaboración que tendrá carácter mensual: El Psicólogo al habla. Queremos que sea una oportunidad para dar a conocer a todos nuestros internautas los problemas más frecuentes que se plantean en la consulta de los psicólogos y ofrecer algunas pautas de afrontamiento, de respuesta saludable, porque nuestro interés y dedicación es contribuir a la salud integral de las personas.
Esta entrada irá de la mano de un nuevo colaborador, el psicólogo Miguel Ángel Cueto, Director del Centro Psicológico de Terapia de Conducta, CEPTTECO, ubicado en nuestra ciudad de León.

Desde aquí nuestra bienvenida y nuestra gratitud a esta nueva colaboración voluntaria. Le deseamos larga vida.

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