Se suele decir que la vida es dinámica, un fluir continuo, como la corriente de un río. Pero en ese fluir también hay pausas, hay “saltos”, hay pequeñas etapas o situaciones en las que el agua se detiene, la vida se serena. Y eso hace el fluir más bello y la vida más consciente.
Así ocurre en la vida de cada persona y en las “vidas” de todas las asociaciones. Todas sabemos que, de vez en cuando, es necesario detenerse y mirar para dentro. Interrogarnos por el cómo van las cosas y preguntarnos qué estamos haciendo y cómo lo podemos mejorar.
Algo de esto es lo que hicimos los voluntarios del TE de León la tarde del jueves pasado, 14 de junio. El escenario era nuevo (el bonito espacio del restaurante Rua Nova), la temperatura nos permitió reunirnos al exterior en un espacio acondicionado y suficiente para hacer valoración.
Porque, a eso nos reunimos en primer lugar. A hacer balance. Qué hemos hecho, cómo lo hemos hecho, qué ilusión hemos puesto en ello, qué está fallando, dónde se están perdiendo las ganas, qué actividades gustan más, qué cosas nuevas se pueden ofrecer, qué dice la gente del Teléfono, cómo es la acogida, qué resulta del esfuerzo de las personas que participan en los grupos, cursos y talleres, cómo está la sede, cómo siento este blog del Teléfono, por qué no participar en él, qué actividades lúdicas nos pueden ayudar a hacer grupo…Y así, mil preguntas que, al hilo, de una especie de guión se repartió entre todos. Y que, en grupos pequeños, fueron examinadas y reflexionadas. Esta fue la primera parte. La de aportar la visión personal de cada uno en grupo. Y, damos fe, de que resultó animada. Cada pequeño grupo puso lo que tenía, sus conocimientos y sus vivencias, cómo siente el Teléfono.
Toda esa abundante reflexión era necesario compartirla. Y todos juntos, haciendo un solo grupo, escuchamos las aportaciones de cada portavoz. En ellas se observaba, primeramente análisis (¡es bueno saber dónde estamos!) luego agradecimiento (todos sabemos que gracias es una de esas palabras que acarician de verdad) y, cómo no, ganas de mejorar. Mejorar lo que existe, incluso lo que funciona y aportar nuevas ideas para afrontar proyectos nuevos. Allí se expusieron. No es nuestro propósito hacer de secretarios. La presidenta y, la secretaria iban anotando y tendrán su momento. Nosotros, hoy, queremos, sobre todo, reflejar el ambiente, los sentimientos, las emociones.
Y ya que las mencionamos, las emociones, hay que decir que tras todo el trabajo anterior, llegó el momento donde permitimos que los sentimientos surgieran con espontaneidad y dirigidos a la persona de Mercedes, nuestra ex presidenta. ¡Cómo te queremos Mercedes! Te llevaste el cuaderno donde cada uno, con palabras bonitas porque brotaron directas del corazón, de mil formas te hemos dicho: eres estupenda, pones vida y energía en el Teléfono, has sido un regalo en mi vida, conocerte ha sido maravilloso para mí…y así sentimientos y sentimientos. Porque, además de escribirlos, cada uno te dijimos verbalmente qué emocionante es estar a tu lado. El “te quiero, cariño”, de Jose, tu marido, a todos nos resultó entrañable. Los abrazos no mienten y cada uno nos fundimos en ese encuentro de las personas que se quieren. Todo ello adornado, con ese ramo de flores, porque la belleza y el amor se unen.
En este estado de emoción, el agua, el vino y la cerveza corrieron por las gargantas de las treinta y tantas personas que compartimos este rato para rematar de una manera brillante la faena. Y, a partir de ahí cayó la tarde, se vino el frío y cada mochuelo se fue a su nido, embebiendo los momentos vividos.
Las fotos las hizo Jesús.
Los del Blog
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