- Como siempre –
Siguiendo en la línea de los reencuentros otoñales, es curioso encontrarse con tantos “como siempre”. No sé si respondemos de esta manera consciente o inconscientemente, pero llama la atención que usemos tan reiteradamente esta coletilla cuando nunca estamos igual que ayer.
Me he fijado en algunos “como siempre”. Es verdad, siguen hablando de los mismos temas (la crisis, los sueldos, el Gobierno, la corrupción…) sin aportar nada, sin modificar sus puntos de vista, incapaces de ver que la vida continúa a pesar de eso y aún con eso.
Pero se engañan. No están como siempre. Están peor. Más amargados, con menos ilusión, sin perspectivas de cambio, más cínicos, más agrios y más ácidos. No deberían contestar “como siempre” sino “peor que antes”.
Los hay también -¡menos mal!- que, contestando así, se mantienen ilusionados, luchadores, alegres, creativos, empáticos y entusiasmados. Y tampoco deberían contestar “como siempre” sino “mejor que antes”.
Y es que yo creo que nuestras palabras nos llevan a una actitud.
Si buscamos lo negativo y nos regodeamos hablando de desgracias, penurias y fatalismos, acabaremos viendo sólo eso y engordando el mal en sentido amplio. Si hacemos un esfuerzo por buscar y encontrar la belleza en lo cotidiano, la alegría en la sencillez y la verdad en lo simple, acabaremos formando parte de eso mismo.
Allá donde pongamos nuestro corazón y nuestra mirada se nos irá la vida.
M.E.Valbuena
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