-Me gusta la gente que se ríe-
Me gusta mucho tipo de gente. Casi tanta como a Mario Benedetti. Pero últimamente me he dado cuenta de que me gusta – y mucho- la gente que se ríe, no con sarcasmo ni cinismo, sino con alegría.
Me gusta la gente que, contando anécdotas suyas, se ríe de sus meteduras de pata y de sus equivocaciones, porque ello demuestra que las ha superado y/o ha aprendido a vivir con ellas.
Me gusta esa gente que, ante lo inesperado, sonríe primero y se ríe después, pues da a entender que no tiene miedo al porvenir y que acepta con alegría cuanto el futuro le depare.
Me gusta la gente que, dando charlas o conferencias, entreteje sus risas en el transcurso de las mismas. Las hacen con ello amenas, entretenidas y mucho más educativas. Nada que ver con las concienzudas explicaciones de rigorismo científico que cuesta entender y mucho más comprender.
Me gusta la risa franca, clara, fresca, incluso exagerada. La risa auténtica. La que sale del alma y se contagia. La que transmite energía e ilusión sin ataduras. La espontánea del niño.
Me gusta la gente que se ríe así. Me siento feliz a su lado. Hacen la vida algo más llevadera y agradable. Ayudan a vivir. Invitan a reír con ellos. Dan vida y la comparten.
Ojalá no falta nunca en mi entorno la gente que ríe.
M.E.Valbuena
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