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martes, 4 de marzo de 2014

EL RINCON DEL PSIQUIATRA


¡Baja el vaso!


            Hace unos días nuestro amigo y compañero Teo me mandó esta preciosa e ilustrativa historia. Es una de tantas “perlas”  que me encuentro, cada mañana, al abrir el ordenador, por obra y gracia de su atención. Dice así:

            “El Profesor empezó su clase sosteniendo un vaso de agua. Lo levantó y peguntó a la clase:

-          ¿Cuánto creéis que pesa este vaso? 50 gr., 100 gr., 150 gr.…Respondieron los estudiantes.
-          Realmente no puedo saberlo hasta pesarlo- dijo el Profesor-. Pero mi pregunta es: ¿Qué puede pasar si lo sostengo unos minutos?
-          ¡Nada!, contestaron los estudiantes.
-          OK, dijo el Profesor. ¿Pero que podría pasar si lo sostengo una hora?
-          “Su brazo podría dolerle”, dijo uno de los estudiantes.
-          De acuerdo, pero ¿qué pasaría si lo tengo todo el día?- preguntó el Profesor.
-          “Su brazo se entumecería, quizás tenga estrés muscular y parálisis y seguro que tendría que ir al hospital”, dijo otro estudiante y todos rieron.
-          “Muy bien”. Pero en ese tiempo, ¿el peso del vaso cambió?- preguntó el Profesor.
-          ¡No!, fue la respuesta de los estudiantes.
-          Entonces, ¿qué causa que el brazo duela y el músculo se estrese?
-          Los estudiantes estaban sorprendidos.
-          Preguntó el Profesor: ¿Qué debo hacer ahora para que se me quite el dolor?
-          Rápidamente un estudiante contestó. ¡Baje el vaso!
-          ¡Exactamente!, dijo el Profesor”.


Los problemas de la vida (incomprensión de la pareja, malestar con el jefe, “peleas” con los amigos, u otras circunstancias más adversas: una enfermedad, el paro, etc.) son como ese “vaso”: objetivamente son lo que son, pero a veces se hacen más graves (pesados), porque mas que buscar soluciones, estamos rumiando días y días tomar la mejor respuesta, pero no se toma ninguna salida. De la misma manera que si tenemos una noria que no tiene agua, no por mucho que demos  vueltas y más vueltas obtendremos el líquido elemento.  

Ante los problemas de la vida cotidiana, si tardamos poco tiempo en resolverlos, nos encontraremos bien; si los mantenemos largo tiempo comenzaremos a angustiarnos; y si los mantenemos días y días  pueden llegar a destruirnos. En estas ocasiones- bajar el vaso- significa intentar buscar soluciones a los problemas, no negándolos, ni aplazándolos; lo importante de un problema no es su peso (como el vaso) sino la respuesta que le demos. De momento, ¡baja el vaso! … hablaremos.  

Alejandro Rocamora Bonilla

Psiquiatra

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