Asomar a la ventana y encontrarte la luna, otro regalo |
Lo primero, un regalo
Hoy, 1 de abril de 2014, se cumple un año de la publicación de mi primer apunte en este sagrado blog que forma parte de mi medicina diaria, de mi esperanza y de otras muchas personas. En ese apunte titulado ‘El vaso medio lleno’ pedía sugerencias/temas para escribir y en un comentario ‘Catalina’ me proponía que escribiese “todo lo positivo que nos ocurre desde que nos levantamos de la cama hasta que salimos de casa”. Me ha costado ponerme al tajo para repasar esos ‘sucedidos’ y hoy, por fin, en mi primer aniversario, voy a intentar dar cumplimiento a esa petición.
Lo primero que tengo que decir es que lo más positivo que me ocurre por la mañana es nada más que suena el despertador o simplemente cuando despierto y compruebo que estoy vivo. Lo primero que hago es dar gracias, podría ser a Dios si fuese creyente, pero vale dar las gracias así en general, en abstracto a la vida, porque no te abandonó mientras dormías y te ha dado la oportunidad de emprender un nuevo día, 24 horas, 1440 minutos, 86.400 segundos… todo un REGALO. Y durante todo ese tiempo mi/nuestro corazón va a estar funcionando, bombeando sangre, llevando oxígeno y nutrientes a las células de nuestro organismo y eliminando dióxido de carbono y otros desechos, por eso toca dar gracias a nuestro corazón y a nuestro cerebro que da las órdenes para que funcionen el resto de órganos y sigamos respirando… de momento, de milagro.
Si tengo la suerte de vivir en compañía, como es el caso, llega el momento de comprobar que los ‘nuestros’ siguen vivos. Me encanta cuando me levanto el primero de la cama para poder espiar la respiración de los de la familia. Ver a un niño dormir causa tanta paz y sosiego… al menos a mí. Hay quien tiene mascotas (perro, gato, canario, peces…) y darles los buenos días es todo un lujazo mañanero. A quien madruga, Dios le ayuda, o como dice un buen amigo, ‘Quien madruga, pasa sueño todo el día’… si es que no duerme un ratín la siesta. Mientras procedemos al aseo y a desayunar para estimular el cuerpo hay quienes necesitamos de la compañía de la radio, con el riesgo que conlleva escuchar malas noticias (casi todas, sobre las políticas que aburren, revuelven, asquean) y soportar la publicidad agresiva que empieza bien entrada la mañana. Pero si tienes la antena bien sintonizada seguro que de todo lo que escuchas te quedas con un detalle, con un retazo positivo, con un aliento de esperanza para digerir durante el resto del día. También te puedes lanzar de lleno a la música, recomendada ya en esta misma sección, tan necesaria para alimentar ese espíritu que anda algo dormido. En este momento es muy conveniente asomarse a la ventana para comprobar dos cosas: que durante la fase del sueño tu casa no se ha movido de su sitio y saber cómo se presenta la jornada climatológicamente hablando. Si ya está el sol y aún no se acostó la luna. No tanto para saber si sacar la cara de la sonrisa del día bueno o si el rostro serio y duro de los días grises. No. Es por algo práctico, para elegir la prenda de abrigo más acorde o el chubasquero por si llueve. Y, de paso, dar de nuevo las gracias por tener una casa donde resguardarte. Mientras te vistes para salir de casa no deberías olvidarte de dar gracias por tener ropa para abrigarte. Ah, se me olvidaba, GRACIAS por leer esto.
Asín sea.
Juan.
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