- Agradables sensaciones –
Estar de vacaciones suele ser siempre una agradable sensación. Aunque tengamos la suerte de tener un trabajo que nos guste. Pero vernos libres de horarios, cargas laborales y –a veces- relaciones tóxicas, nos hace sentir más livianos y felices.
Si además podemos vivir en un sitio agradable, si nos acompaña la salud para viajar, si disponemos de tiempo para leer y escribir, si prescindimos del reloj, si dedicamos tiempo a nuestras aficiones aparcadas, si visitamos y recibimos visitas de seres queridos que pasan por nuestra vida… estamos en el Paraíso (supongo).
En tiempo de vacación suelo coleccionar sensaciones agradables.
¿Cómo lo hago?
Viviendo cada momento y cada experiencia de forma plena, sin prisas, minuciosamente detallada, como si no existiera otra cosa en ese instante. Aplico lo que los últimos gurús de la meditación dan en llamar “mindfulness”. Y recibo toda la riqueza que vivir el presente con atención plena reporta.
En realidad debería hacerlo de forma continuada. De hecho lo intento. Pero no siempre la vorágine de la vida me lo permite. En cualquier caso, vivir el aquí y el ahora proporciona una libertad y una plenitud que se traduce, las más de las veces, en un cúmulo de sensaciones agradables.
Cuando consigo vivir así, guardo estas sensaciones agradables a modo de colchón emocional, para cuando no disponga de ellas. Los sucedáneos no son como el original, pero consuelan.
M.E.Valbuena
Nota.- Por un error de edición, el domingo pasado reprodujimos la entrada del anterior de la Escribana. Esta es la entrada que debió de aparecer. Pedimos disculpas a todos los seguidores y a la Escribana.
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