La belleza de lo simple, fotografía Jesús Aguado |
- Diferentes expectativas –
Me ocurrió no hace mucho que viví un desencuentro de esos tan absurdos que marcan época.
Cuatro personas, cuatro ideas distintas, en un encuentro que prometía satisfacción. Yo creo que todos los encuentros lo prometen, pero el resultado no siempre es el esperado. Como nos ocurrió a nosotros.
Meditándolo, he llegado a la conclusión de que lo que falló fue que cada uno acudió con expectativas propias no habladas previamente, con lo cual esperábamos unos de otros cosas que dábamos por sentadas en nuestro fuero interno. No nos dimos cuenta de que lo interno, si no lo exteriorizamos de alguna forma, interno queda.
Pasamos el día como pudimos, saliendo al paso de las absurdas situaciones que se iban produciendo en cadena, improvisando, captando y aprendiendo a marchas forzadas.
Tras un tiempo nos hemos vuelto a reunir y hemos hablado lo que tendríamos que haber hablado antes, haber dejado claro, haber especificado. Hicimos el proceso a la inversa. Pero lo hicimos. Y hoy hasta nos da la risa cuando lo recordamos.
Con esto quiero subrayar la importancia que tiene una buena comunicación en nuestra vida. El encuentro no hubiera sido desencuentro si previamente hubiéramos expuesto nuestras respectivas expectativas. Y la relación no hubiera avanzado si no nos hubiéramos reunido de nuevo para analizar lo que pasó.
Una sana comunicación –asertiva, clara, sin juicios, ni reproches, ni voces- nos lleva a una sana relación. Y las sanas relaciones aportan felicidad a nuestra vida.
M.E.Valbuena
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