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sábado, 7 de enero de 2012

LA MAGIA REAL



La noche de los Reyes Magos es, sin lugar a dudas, una noche mágica que nos permite creer en lo imposible.

Casi todos hemos vivido en nuestra niñez la ilusión de abrir los regalos que sus Majestades nos habían dejado esa misma noche. Pedíamos y, muchas veces, nuestros sueños se cumplían. Y cuando no era así, disfrutábamos igualmente del regalo sorpresa que descubríamos tras el embalaje. No tanto por el juguete en sí, sino por la ilusión de sentir que no se habían olvidado de nosotros.

Aprendimos de esa forma a pedir y a recibir con naturalidad y agradecimiento.

Ya de mayores nos esforzamos año tras año en volver a revivir la noche de la ilusión. Ponemos nuestro mayor empeño en buscar, adornar y entregar aquello que sabemos que proporcionará alegría a los que nos rodean. Y, normalmente, lo logramos, para nuestra propia satisfacción.

Aprendemos así a observar las necesidades y deseos de los otros, a dar con generosidad y a demostrarles nuestro amor.

¿Cómo no va a ser mágica una noche con tanto aprendizaje en marcha y tanto afán de extender felicidad a nuestro alrededor?

¿No es magia ver, en los tiempos que corren, ilusión en los ojos y agradecimiento en las miradas?


La escribana del Reino
M.E.Valbuena


4 comentarios :

  1. Tiene razón la escribana,la ilusión más grande es que se acuerden de nosotros, eso nos hace sentirnos queridos. ¿Alguien da más?

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  2. Ojalá que no se nos acabe la mirada de niñ@ por muchos años que cumplamos.

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  3. Hacer feliz a alguien, aunque sea por unos momentos, es magia.

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  4. Pepi llevaba mucho tiempo pensando como podia ayudar a su madre, (que está muy delicada), para que en algún momento, dejara de centrarse en sus dolores, sus angustias, sus tristezas etc, pues después de la cena de Nochebuena (que en este día no se entregan los regalos en su familia) la hizo un regalo y consiguió Pepi lo que deseaba; que su madre sonriera, se olvidara de sus dolores, descansara etc.. Así que al final el regalo fue mutuo, pero mucho mayor para la hija que para la madre.

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