LOS MIÉRCOLES CON EL ENEAGRAMA.
Fotos de Mozart y Liza Minnelli
Recordamos a todos nuestros internautas las nueve tipologías del eneagrama. Todos pertenecemos básicamente a una de ellas. Queramos o no. Nuestro agradecimiento a Maite Melendo y sus libros sobre el eneagrama que nos están ayudando en esta presentación.
1º.- El Reformador. El perfeccionista.
2º.- El Ayudador. El altruista.
3º.- El buscador de status. El triunfador. El organizador.
4º.- El artista. El individualista. El romántico.
5º.- El pensador. El investigador. El observador.
6º.- El leal. El dubitativo.
7º.- El generalista. El entusiasta. El vividor.
8º.- El Jefe. El desafiador. El mandón.
9º.- El pacificador. El mediador.
Hoy vamos al presentar al tipo 7: El hedonista o el entusiasta
Los 7 parecen que nunca están satisfechos, siempre están dispuestos a “devorar” más y mejores experiencias que las que el presente y la realidad les ofrece. Buscan todo lo bueno que la vida les pueda brindar, lo saborean y se lo tragan todo con voracidad (“vampiros existenciales”). Se imaginan el mundo como una gran “teta” de la que desean seguir chupando. No se cansan de degustar las cosas buenas, saludables y positivas de la realidad.
Raramente viven el presente, porque se pasan sus días haciendo planes de futuro. La planificación futura es una manifestación de su huida permanente de lo doloroso, de lo conflictivo, de lo desagradable. Esa planificación permanente les impide disfrutar de todo lo bueno de que ya gozan en el presente. “Me he pasado la vida planeando y planeando y después no me ha quedado tiempo para realizar lo planeado; planear es mi forma de escapar del aquí y el ahora”, así se describen ellos. Lo que saborean y disfrutan son sobre todo las experiencias placenteras futuras que generan mentalmente o a través de los recuerdos de las vivencias positivas del pasado (AUTOESTIMULACIÓN MENTAL POSITIVA).
Su vida se centra en buscar mentalmente experiencias futuras o pasadas que le recuerden a aquella “felicidad perdida” de su infancia, llena de calor, cariño y seguridad que perdieron bruscamente. Su glotonería de experiencias “dulces y agradables” es un intento por recuperar aquello que le fue arrebatado bruscamente en su infancia. (SÍNDROME DE PETER PAN). Son los eternos niños que una y otra vez se vuelven a los placeres de la niñez en la que gozaron en sobremanera.
Son optimistas compulsivos, creen que tienen que mostrarse eternamente joviales, divertidos y sonrientes. Para ellos las cosas siempre marchan bien aunque estén atravesando el peor momento de su vida. Se alejan de aquellos que se muestran tristes o preocupados y los evitan. Suelen mantener relaciones superficiales con muchos amigos; no suelen profundizar en las relaciones de amistad, porque ello les obligaría afrontar lo positivo y lo negativo de sus amistades y de esto último huyen como los gatos del agua. Esa amplitud de relaciones interpersonales también es otro signo de su compulsiva avidez, glotonería e insaciabilidad. Detrás de esa avidez emocional se esconde su carencia y necesidad afectiva, su gran insatisfacción.
Trasmiten ser personas con ansiedad y lo duro debe ser para ellos, cuándo tienen que enfrentarse a los problemas serios que la vida en uno u otro momento nos presentan.
ResponderEliminarAunque mientras puedan vivir así "como en una burbuja", ¡que felicidad!, tambien tienen su parte positiva.
Sólo ver lo positivo, lo agradable, lo dulce, lo hermoso, lo satisfactorio, lo encantador, puede ser muy bonito, pero no se puede sostener. Admiro de esta personalidad el tratar de ver siempre lo positivo, porque para lo negativo ya estoy yo. Una buscadora.
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