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martes, 24 de junio de 2014

EL RINCÓN DEL PSIQUIATRA

  • Si te gustaría tener mejor salud, camina, ve al gimnasio, mejora tu nutrición, bebe agua, puedes acudir a un profesional, pero si no le haces caso, no te servirá de mucho...
  • Si te gustaría mejorar tu economía, fórmate, busca un trabajo mejor, no te crees necesidades que no puedes mantener y son inútiles, disfruta de las pequeñas cosas…
  • Si te gustaría tener pareja sal de casa, apúntate a clases de baile, a un curso de fotografía, registrarte en una aplicación para conocer gente…
  • Si tienes una enfermedad, céntrate en lo que puedes hacer, sé ejemplo de que siempre se puede aportar algo…
  • Si quieres medir 1,80 y mides 1,60 escasos, ahí ajo y agua, es lo que hay pero cuanto esté en tu mano ¡hazlo! .

Felicidad y sufrimiento

            La felicidad, desde el punto de vista psicológico, es un estado emocional o afectivo, que se caracteriza por sentimientos de satisfacción y bienestar. Es un estado subjetivo y como tal, cada persona tiene un umbral para la felicidad, como para el dolor y la angustia.

            La felicidad, en definitiva, depende de la relación que tengamos con nosotros mismos y la relación con los demás. Esos son los dos pilares donde se cimientan la felicidad (sensación de autorrealización y plenitud) y que no se contrapone necesariamente con la tristeza: uno puede estar triste y ser feliz o tener mucha angustia pero disfrutar con la caricia del nieto o el abrazo tierno de la pareja.

            No podemos olvidar que la felicidad es algo dinámico e intransferible, y que esa vivencia, de autorrealización y plenitud plena y absoluta- como dice un amigo mío- solamente se conseguirá “una hora después de muerto”. Mientras tanto habrá que esforzarse para ir poniendo los peldaños que nos conduzcan a la cumbre: la felicidad.

El sufrimiento

            Hay que distinguir entre dolor y sufrimiento: el dolor, tanto físico como psíquico (angustia) es un hecho inevitable por ser inherente a la condición humana. Además es objetivo. Sin embargo, el sufrimiento es el nivel de daño que puede causarnos un dolor determinado: “mi dolor”(=sufrimiento). Es subjetivo.

            Para Ramiro Calle (2005) maestro de yoga, existen tres tipos de sufrimiento, de acuerdo con la sabiduría oriental: el sufrimiento inevitable: enfermedad, vejez, muerte, etc.; el sufrimiento evitable y absurdo: el que engendra nuestra mente neurótica, y el sufrimiento que causamos a los demás, por nuestra mente neurótica.

La felicidad y el sufrimiento en la vida cotidiana

            La vida es un proyecto de felicidad que dependerá de cada uno de nosotros de hacerlo realidad o de estropearlo con falsas expectativas. Uno se siente feliz cuando llega a la conclusión  de que el problema no es el problema sino la respuesta que le damos. Por esto podemos entender la felicidad de un enfermo de cáncer o la paz interior que irradia un tetrapléjico. No podemos evitar todos los conflictos, vivimos en un mundo cambiante y adverso, pero sí podemos disfrutar a pesar de ellos.

Alejandro Rocamora Bonilla

Psiquiatra

jueves, 19 de junio de 2014

CONVERSACIONES CON MI MENTE

VER LA PROPIA MIRADA

Hoy, solo hoy, y tan solo por un momento, contempla por favor tu propia mirada… No lleva mucho tiempo, no cansa, no asusta… Solo te pido que detengas ese ajetreo loco de la vida y observes con calma el brillo de tus ojos, la luz clara de amanecer que surge desde su más remota profundidad. ¡Hay tanta magia en tu mirada! Es la bondad de un ser humano único, la belleza de un alma limpia y la encantadora locura de un corazón vivo y palpitante…
Míralos sólo por un instante, que tus ojos te hablarán de la perfección de lo que eres. Puede que tu mente farfulle interminables monsergas de tus defectos, de tus “no puedo”, “no debo”… Pero deja hablar a tus ojos y escúchalos, pues yo daría cualquier cosa por enseñarte lo que veo en tu mirada: la esencia maravillosa que refleja.
 El mundo tropieza, la vida a veces decepciona, pero solo con que contemplaras un instante esos ojos humanos, amarías su dulzura, te asombrarías con lo que muestran y te abrazarías a tu esencia, incapaz ya de soltarte de ella.
Demasiado dolor en cada persona por perderse sus miradas. Demasiada angustia por acatar las limitaciones del ego, demasiada prisa por llegar a ninguna parte, cuando todo lo que importa está tras una mirada… la propia mirada. Mírate, mirémonos y quedémonos sin palabras, mudos de asombro ante el regalo de la vida que somos: seres humanos perfectos en nuestras imperfecciones y rarezas. Hermosos con lo que hay y sencillos con lo que somos.
La belleza de la mirada sólo hay que buscarla, y con ella encontraremos el alma.

Mª José Calvo Brasa

domingo, 15 de junio de 2014

EL RINCÓN DEL OPTIMISTA


La ocasión de los pueblos

Hace unas pocas semanas asistí a una conferencia del escritor leonés y profesor universitario, Oscar M. Prieto, que se titulaba ‘La ocasión de los pueblos’. Y allí escuché frases que considero bastante interesantes que intentaré reproducir aquí.
-Vivir en un pueblo no es nada humillante, al contrario, hay mucha más calidad de vida que en las ciudades.
-En los pueblos se vive más en consonancia con el tiempo, la hora de levantarse y acostarse, las comidas, la siesta…
-En los pueblos hay verdadera relación social con los vecinos, con quien se habla, se trabaja, se trata de tú a tú, frente a la ‘soledad’ de los pisos de las ciudades, aunque en ellas vivan miles o millones de personas.
-En los pueblos no existe el aislamiento de antaño, con buenas carreteras y autovías cercanas, con señal de telefonía móvil y de Internet que a golpe de clic se puede ‘visitar’ en segundos Singapur, París, Canadá, Etiopía o Japón e incluso hablar y ver a personas que allí viven.
-En los pueblos se vive la vida y la muerte como algo cercano y natural, siguiendo la evolución de un recién nacido igual que se acompaña al moribundo hasta que le llega ‘la hora’.
-Los niños en los pueblos pueden jugar sin peligro a ser atropellado y en contacto con la naturaleza, en pleno campo, en consonancia con la madre tierra, plantas-animales.
-En el pueblo puedes cultivar un huerto que es el símbolo de todos los valores. (Aquí invito a leer un apunte mío anterior, Huertaterapia). El huerto te permite descubrir el ciclo del agua, de las plantas, de la vida…. Trabajas con las manos, algo fundamental, sudas, labras, plantas, cavas, riegas y cosechas productos ricos, sanos y baratos. Porque en los pueblos se puede vivir con menos que en las ciudades, se puede incluso ahorrar tal y como nos enseñaron nuestros padres/abuelos, llegando a practicar la economía de subsistencia en estas épocas de crisis económicas y sociales casi perpetuas. Quienes viven en las ciudades no tienen excusa si quieren cultivar un huerto y carecen de pueblo, porque existen muchas iniciativas de huertos de alquiler en las afueras donde labrar y sudar a demanda. Hasta gallinas de alquiler he leído el otro día que hay.
-En el pueblo se puede compatibilizar un trabajo intelectual con uno físico disfrutando de todas las ‘comodidades’ y ‘posibilidades’ que ofrecen los pueblos.
-En el pueblo se puede ejercer la verdadera política, la democracia real, al poder votar en los concejos abiertos que ahora se quieren ‘cargar’, participando en los Plenos, votando a las personas, hablando con el alcalde y/o concejales o pedáneos, es decir, influyendo en la cosa pública y no esperando a que el elegido de turno haga y deshaga a su antojo lo que le plazca cada cuatro años amparado en la legitimidad de los votos.
Yo nací y me crié en un pueblo de 100 habitantes (ahora ya sólo tiene 30 en invierno), es el mismo pueblo donde tengo un huerto con gallinas, perro cazallo, frutales y donde cultivo cada temporada ricas hortalizas. En ese pueblo tengo una viña de la que saco un poco de vino para las ocasiones y los amigos. Es el pueblo donde cazo entre amigos, laderas, valles y terrones alguna que otra codorniz, pocas perdices y escasas liebres. En ese pueblo tengo enterrados a los míos, porque todos los del pueblo son de la familia.
Por eso opino como Oscar, ahora es la ocasión de los pueblos. Permitirme  que reivindique y me identifique desde aquí con todo lo rural, lo del pueblín.
Asín sea.
Juan

Las tres fotografías son de mi pueblo, Villeza, que se parece mucho a belleza

jueves, 12 de junio de 2014

EL PSICÓLOGO AL HABLA


Prevenir la depresión

El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional (Buda).

La tristezaes una de las emociones humanas que nos permite alejarnos un tiempo del mundanal ruido y reflexionar sobre nuestro proceso personal pasado, presente y entrever cuál podría ser nuestro futuro.

Esa reflexión cuando es poco frecuente, escasamente intensa o de corta duración nos ayuda a ver el entorno de una forma precisa y, quizá, más objetiva que cuando estamos alegres. Se convierte en un problema cuando una de las variables anteriores se desajustan.
Para las personas que tienden a desajustarse es importante saber cómo prevenirla para evitar que tienda a convertirse en un proceso depresivo. Sería conveniente protegerse de factores estresantes. ¡Qué fácil decirlo y complicado es abordar las crisis personales de forma eficiente!

Algunas llaves que tenemos para prevenir la depresión

Evitar situaciones prolongadas de estrés ya que la duración en el tiempo de éste puede hacer a la persona vulnerable a las enfermedades.

No estaría mal reflexionar para intentar conocer aquellos elementos de nuestro estilo de vida, decisiones y formas de pensar que no nos resultan satisfactorias. Aunque es muy difícil cambiar, sobre todo en la forma de pensar, hay determinados elementos que se pueden controlar en cierta medida y que proporcionan protección frente a la depresión. Por ejemplo, mejorar la vida social para evitar aislarse ya que la soledad produce monstruos y lleva a ver las cosas de una forma menos ajustada.

Si podemos hacer actividades que nos agradan, un trabajo o una actividad diaria que nos satisfaga nos hará encontrar sentido a la vida diaria estando contentos con lo que hacemos.
No debemos olvidar el llevar a cabo regularmente una actividad física ya que estimula la secreción de endorfinas que provocan sensación de bienestar además de ayudar a estar más saludables. Mantener unos horarios ordenados, cuidar la alimentación y nuestra apariencia física también es una forma de evitar que nos amarguemos la vida.


Y si todo ello no nos ayuda, pedir ayuda es una forma de comenzar a superarla si se ha instalado en nuestro interior.

Miguel Angel Cueto.- Psicólogo

lunes, 9 de junio de 2014

EL RINCÓN DEL PSIQUIATRA


Decálogo de la autenticidad

1.- ¿Qué hacer para ser auténtico? Evitar la mentira y procurar responder siempre de la misma manera independientemente de las circunstancias. Los acomodaticios y camaleónicos no son auténticos. Debo ser la misma persona en casa, en el trabajo o con los amigos. No es auténtico, pues, el que juega un rol diferente dependiendo en el medio en que se encuentre.

2.-Ser auténtico es estar en armonía con nuestras posibilidades reales (no fantaseadas) tanto psicológicas como económicas o sociales. Por esto, la base de la autenticidad es reconocerse en profundidad, sin recovecos, ni cámaras oscuras. Pero también tenemos que decir, que tampoco es auténtico aquel que se jacta de sus cualidades o desprecia a los que no las tienen. La autoalabanza y vanidad están reñidas con la autenticidad.

3.- Ser auténtico es luchar por lograr las destrezas y habilidades necesarias para armonizar nuestras obligaciones y deberes con nosotros mismos y con los otros.

4.- Ser auténtico es admitiendo las leyes, no provocar la explotación de los demás. La autenticidad no es contraria al cumplimiento estricto de las normas y las buenas costumbres. Por esto, es falso pensar que se es más auténtico cuanto más libertino seamos o más rompamos las reglas del juego de la convivencia.

5.- La autenticidad presupone una corriente de empatía hacia el otro y también aceptarlo en su totalidad con sus pros y contras. Lo que no quiere decir que en algún momento no podamos estar en desacuerdo con sus acciones o ideas.

6.- Para ser auténticos no podemos mentir ni mentirnos. Y por esto debemos procurar que la parte oscura de nuestro inconsciente sea la más pequeña posible.

7.- Ser auténtico es un proceso que dura toda la vida y por lo tanto no podemos descansar en este afán. La autenticidad plena, como la felicidad, no la conseguiremos hasta una hora después de muertos.

8.- Ser auténtico es ser congruente entre el pensar, el sentir y el actuar.

9.- Ser auténtico presupone una libertad tanto externa como interna. Es decir, hay que tener un encuadre social que respete las reglas mínimas de la convivencia y que nos permita actuar con libertad, pero también se precisa de una “libertad interna”, por lo tanto no sentirse teledirigido por nuestras angustias y tensiones, o al menos, tomar conciencia de ellas y poder neutralizarlas.

10.- En definitiva, ser auténtico supone un desarrollo armónico del sujeto y una adecuada interacción con los demás, en un contexto de “libertad externa”. Una persona auténtica es íntegra y cabal, abierto a los demás y capaz de crear un ámbito de libertad, armonía y comprensión.
 Alejandro Rocamora Bonilla

Psiquiatra


jueves, 5 de junio de 2014

CONVERSACIONES CON MI MENTE


UN DÍA DE TRISTEZA

Hoy mi corazón se ha llenado de escarcha. El hielo de la soledad ha logrado abrazarlo con fuerza mientras una fría rodilla de acero se hunde en mi estómago, clavándome en el suelo. Estoy inerme, quieta, con los ojos vidriosos por el llanto y el alma perdida. No quiero hacer nada ahora, no quiero tener nada ni quiero ir a ninguna parte. Y aunque parezca increíble, nada me importa.
En este día de tristeza soy sólo un témpano rígido que vegeta sobre un suelo de hielo. Creo ver llorando frente a mi a la niña que fui en el pasado. Sorprendentemente no me interesa saber de sus penas. Yo la miro sin verla, mientras mis propios ojos lloran con ella.
Fui tras un sueño, y estaba feliz con el espejismo de haberlo logrado. Pero hoy tropecé de nuevo y caí sobre este suelo helado… Y no quiero levantarme. El dolor me ha congelado y no me apetece nada, no me interesa nada. No tengo fuerzas ni voluntad… Hoy es un día de tristeza.
Dejadme hoy con mi pena. Quizá mañana despierte de este letargo y se caliente de nuevo mi corazón. Quizá mañana pueda levantarme y sentir de nuevo la vida palpitando en mi interior… Pero hoy es un día de tristeza y sólo quiero y necesito llorarlo.

Mª José Calvo Brasa

miércoles, 4 de junio de 2014

ANTE LA DIFICULTAD


Huimos de la dificultades
nos disgustan, nos dan miedo
estamos temerosos ante ellas.
Pero ellas están ahí,
y vendrán y volverán.
Aceptarlas e integrarlas,
convivir con ellas,
es la manera de superarlas.
Y solo así la vida
la iremos llenando y completando.  

martes, 3 de junio de 2014

PARÁBOLA DE LA CUERDA Y EL RÍO




Había una vez dos países. En uno corría la leche y la miel y el otro era árido, desgarrado por luchas y entristecido por inquietudes. Así pues, al primero le llamaban el país de la felicidad y al segundo el país de la desgracia. Estaban separados por un caudaloso río, ancho y peligroso. Muchos se ahogaron tratando de cruzarlo.
Un día vino un hombre que, por amor a la humanidad, dijo: "En verdad, voy a tratar de echar una cuerda que una las dos orillas del río y, si perezco en el intento, poco importa, ya que otros podrán agarrarse a la cuerda y atravesar el río con toda seguridad".
Este hombre ejecutó su proyecto; se preparó una cuerda, fijó un extremo a un árbol e hizo un nudo corredizo al otro extremo. Y así entró en el río en medio de la corriente, luchando contra los remolinos.
En medio de los remolinos y de la espuma, unos cazadores le lanzaron unas flechas y lo hirieron de muerte, tomándolo por un animal.
En un último esfuerzo, antes de hundirse, logró atar la cuerda alrededor del tronco de un árbol. Perdió la vida, pero realizó su proyecto a pesar de la insensatez de los cazadores.
A partir de ese instante, los que fueron testigos del acontecimiento consideraron que este hombre había sido un héroe y lo adoraron diciendo: "Murió por salvarnos, es digno de nuestro amor".
Todos le rindieron culto, pero muy pocos siguieron su ejemplo tratando de cruzar el río. Ellos pensaban: no nos ahogaremos si nos agarramos a la cuerda, pero el agua está tan fría y el río es tan caudaloso que el peligro de atravesarlo siempre es grande.
Y así, al cabo del tiempo, se olvidaron de la cuerda casi por completo. Como no se utilizaba, se fue cubriendo de algas y se le enredaron las ramas, hasta tal punto que no había ya forma de encontrarla.
Pero el culto al héroe perduró. El pueblo levantó monumentos en su memoria, cantó himnos en su honor y continuó dedicándole oraciones en recuerdo del gran amor que les había demostrado.
Después vino una segunda, una tercera y una cuarta generación. Doctores, oradores y sabios predicaron las virtudes del héroe y dijeron cómo con su muerte había salvado a los hombres; pero nunca más se volvió a hablar de la cuerda que se tendió por encima del río. Se habían olvidado de ella totalmente. Los argumentos, los discursos y las enseñanzas de los letrados acabaron por crear una enorme confusión. Cundieron las supersticiones y fueron muy pocos los que pudieron distinguir el error de la verdad.
Surgieron discusiones y pleitos. Se organizaron persecuciones contra los que conservaban aún vestigios de la verdad. La pena y la inquietud aumentaron en el país de la desgracia.
Por fin, un grupo de oradores declaró: "¿Por qué tanta disputa? Lo único que hay que hacer es adorar a nuestro héroe como un dios y creer que murió para salvarnos a todos. Y así, cuando muramos, entraremos sin ninguna dificultad en el país de la felicidad. Si nuestro cuerpo nos impide ahora atravesar el río, después de la muerte nuestra alma volará hacia la otra orilla. El amor, el poder, la valentía del héroe eran tan grandes que todo lo que pidamos a su espíritu nos será concedido; y, a cambio, nosotros le demostraremos cumplidamente nuestro amor".
Cuando el pueblo oyó esto, sintió una inmensa alegría y cubrió de honores a los oradores diciendo: "Grande es su sabiduría, porque nos han mostrado un camino fácil. Es muy sencillo adorar, rezar y recurrir a nuestro héroe para obtener nuestra salvación en el momento de nuestra muerte. Así pues, ahora comamos, bebamos, divirtámonos y saquemos el mejor partido de nuestra estancia en este país de la desgracia".
Mientras tanto, el espíritu de este héroe contemplaba con tristeza a sus hermanos, escuchando sus oraciones y sus súplicas. Él trataba de ayudarles diciendo: "Hijos míos, en verdad estáis equivocados. He vivido para salvaros. Mi muerte no es más que un episodio del esfuerzo que he realizado. No puedo en ningún caso ser la causa de vuestra salvación. Desgraciadamente, habéis olvidado la cuerda que lancé por encima del río entre el país de la desgracia y el de la felicidad y vine únicamente para eso. Por amor hacia vosotros, mi espíritu se encuentra presente para reconfortaros y animaros en la adversidad; pero me es totalmente imposible transportaros al otro lado del río cualesquiera que sean vuestras oraciones y súplicas".
Pero el rumor de esas oraciones y súplicas eran tan grandes que no dejaban oír la voz de su espíritu. Así pues, se quedaron para siempre en el país de la desgracia.



Cyril SCOTT, Una visión del Nazareno, Sirio, Málaga 


lunes, 2 de junio de 2014

ACEPTAR LO QUE VENGA

  


La Esencia de la Destreza es esta:

Lo que sea que venga, déjalo venir; lo que se quede, déjalo estar, lo que se va, déjalo ir.

Quédate callado, y adora al Ser.

Esta es la esencia de vivir hábilmente en la apariencia del mundo.

Durante todas las actividades de la vida recuerda siempre que tú eres el Ser.

La manera de vivir una vida feliz es aceptar cualquier cosa que venga, y lo que no viene, que no te importe.



Papaji

domingo, 1 de junio de 2014

Darme cuenta

El rincón del optimista
Juan
Darme cuenta de que el tiempo pasa inexorablemente
Cada día que pasa me voy dando cuenta de lo importante que es darme cuenta de muchas cosas que me ocurren cada día, cada minuto de mi vida.
-Darme cuenta de que mis hábitos alimenticios no son los adecuados y que existen otras comidas más saludables que se pueden y deben probar.
-Darme cuenta de que hago todo muy deprisa, a la carrera, sin ninguna necesidad, dejándome arrastrar por los demás, por la sociedad, sin tiempo para la reflexión, para conocerme y conocer o atender a los demás.
-Darme cuenta de que algunas compañías no me vienen bien, que no me favorecen, compañías que perjudican.
-Darme cuenta que en esta vida importa ser feliz y para ello no necesito acumular materiales, propiedades, casas, fincas, coches, empresas ni otras ‘riquezas’ de ese estilo.
-Darme cuenta de que estar permanentemente instalado en la queja no sirve de nada.
-Darme cuenta de que necesito dedicar más tiempo a los demás y menos a mí mismo; ser solidario, no egoísta.
-Darme cuenta que es más aprovechable escuchar y escuchar bien que hablar por hablar.
-Darme cuenta lo mal que me hacen drogas como el tabaco y/o el alcohol.
-Darme cuenta de lo dañino que son los pensamientos repetitivos, irracionales, que lo envuelven todo y no me conducen a nada… bueno. -Darme cuenta de lo saludable que es un paseo, solo o en compañía, como alternativa a permanecer sentado en el sofá viendo cualquier programa que echen por la tele como un zombi hipnotizado.
-Darme cuenta de que un buen libro, igual que una buena canción o un concierto, tienen un efecto tan positivo como una charla/conferencia/exposición… todo creado con buenas y sanas intenciones.
-Darme cuenta que en los tropiezos y en las desgracias hay avance y aprendizaje.
-Darme cuenta de que cuando me duele la cabeza, la espalda u otra parte del cuerpo es un síntoma, un aviso de que algo anda mal, que hay que buscar el origen, investigar los motivos (vale igual para sufrimientos del alma) si es que quiero ponerle remedio. -Darme cuenta de que hay un número ilimitado de aspectos que me ocurren cada día sobre los que puedo y debo darme cuenta, para………… PONERME EN ACCIÓN, PONERME MANOS A LA OBRA, cambiar, modificar esos hábitos, iniciar nuevos caminos, cerrar puertas y heridas… para lo que siempre se está a tiempo. Eso es en el caso de que lo desee realmente porque si no quiero cambiar, si quiero seguir anclado en mi dolor, en mi desgracia, en mi lamento… de nada sirve que me dé cuenta de todas esas ataduras que me esclavizan, porque claramente es que VOY A GUSTO ENCIMA DE LA BURRA, no hay vuelta de hoja.
Asín sea.
Juan

sábado, 31 de mayo de 2014

¿Quién para el tiempo?

La Escribana del Reino
M.E. Valbuena

Los ciclos de la luna. Jesús Aguado

A menudo me viene a la memoria aquel vecino que, durante años, estuvo acumulando en su despacho dominicales de los periódicos para leerlos cuando se jubilara, ya que por entonces no tenía mucho tiempo libre y no podía entretenerse en su lectura.

A los pocos meses de jubilarse, un cáncer galopante acabó con su vida, impidiéndole llevar a cabo muchos de sus sueños aplazados. Entre otros, leer los dominicales acumulados.

Cada vez que veía a su viuda bajar al contenedor montones de dominicales se me encogía el corazón. Sentía que la vida había sido un tanto injusta con él. Que no le había dado el descanso soñado tras largos y duros años de trabajo. Que no se merecía tan mala suerte.

Pero hoy, con más años y experiencias a mis espaldas, creo que me equivocaba en mi juicio. Daba por hecho que, dado que tenía ilusión por leer aquellas revistas, debería contar con tiempo para ello. Y no me daba cuenta de que el tiempo no se compra.

El tiempo es casi lo único que no podemos comprar.

Ahora sé que acumular no nos garantiza un minuto más de vida, ni nos asegura un futuro. Sé que cada hora que pasa es insustituible e irrecuperable. Y he comprendido que lo que hagamos con nuestro tiempo es responsabilidad nuestra. Podemos invertirlo en vivir o en dormitar. Ambas opciones son válidas pero desigualmente enriquecedoras.

Hay personas que esto lo saben bien. Otras, aún tratan de aprenderlo.

viernes, 30 de mayo de 2014

jueves, 29 de mayo de 2014

El sentimiento de inferioridad

María Guerrero, psicoterapeuta

Todos hemos experimentado en algún momento de nuestra vida, la sensación de sentirnos inferiores a otras personas o frente a situaciones que no sabíamos como manejar. Sin embargo, en muchas personas se desarrolla un complejo de inferioridad que les incapacita y les convierte en víctimas de sí mismos.

El sentimiento de inferioridad surge cuando uno cree no ser lo que debería.

Ese "deber ser" que nos imponemos tan a menudo, limita nuestra visión de nosotros y de muchas capacidades nuestras, quizá las mejores que se quedan en el tintero porque no encajan en las que consideramos que deberíamos tener. Del mismo modo, no adquirimos la conciencia de nuestros limites y nos embarcamos a veces imposibles, tan solo para comprobar lo que ya creíamos de nosotros "no soy suficiente".

Algunas maneras de manifestación de las personas que se sienten inferiores:

-Aunque parezca contradictorio, buscan llamar la atención hacia sí mismos. Si otro se fija en él, en un primer momento se sienten halagados y satisfechos pero eso dura solo un instante ya que, al ser un pozo sin fondo, inmediatamente se pasó el efecto y necesitan un nuevo halago o reconocimiento que les estimule a seguir.

-En otras ocasiones, buscan desmerecer la imagen de otros para resaltar la suya. Las comparaciones son una constante en la vida de la persona que se desmerece así misma.

-Puede mostrarse autoritaria y exigir atenciones de los demás abusando de su autoridad o de su victimismo.

DE DÓNDE SURGE EL COMPLEJO DE INFERIORIDAD

Los padres pueden ser responsables en contribuir al desarrollo de sentimientos saludables de valía o de inferioridad en los hijos.

Cuando un el niño se siente amado incondicionalmente se siente valioso y desarrolla una autoestima adecuada, que le permite desarrollarse y superar las etapas de su proceso de madurez con el sentimiento íntimo de valía.

Cuando lo que se le muestra es rechazo a quien es o a sus capacidades, cuando la relación padres-hijos se sustenta en demandas excesivas y se mantienen con comportamientos poco respetuosos: castigándoles de manera indebida, descontrolada e injustificable, ridiculizándole delante de otras personas haciéndoles objeto de bromas, no permitiéndoles el derecho a expresar iniciativa propia, la exigencia desmedida, entonces el niño no alcanza su sentimiento íntimo de valía personal y se queda enredado en una especie de vergüenza.

Los fracasos que una persona pueda experimentar siendo joven o adulto, también pueden contribuir a una actitud de inferioridad o al temor a no dar lo mejor de sí mismos. Esto sucede mayormente cuando no pueden atravesar esas experiencias que no fueron satisfactorias y continúan sintiéndose en el presente incompetentes e inseguros, dejándose aprisionar por estos pensamientos negativos.

El complejo de inferioridad se sostiene por el autoconcepto personal, es decir, por la idea que tenemos de nosotros y de nuestras capacidades. Mientras creamos que no somos capaces, repetiremos lo que tenemos programado.

NO TE DEJES ARRASTRAR
SE TÚ
SIENTE
Y VIVE

miércoles, 28 de mayo de 2014

La vida es algo más que...

He tratado de abrir a hachazos la vida, como si fuera un duro y grueso roble.
He tratado de vivir a golpe de riñones, a carraos de esfuerzos y sacrificios.
He peleado hasta con las sombras de la noche y con los muertos del camino.

Estoy sin fuerzas y me empieza a fallar la respiración.
Las manos se me agrietaron y me quedé ronco de tanto gritar al viento.

martes, 27 de mayo de 2014

Entrevista a Joe Dispenza: "Mente y cerebros"

Hace algo más de veinte años, Joe Dispenza fue arrollado por un todoterreno cuando participaba en un triatlón. El diagnóstico de los cuatro cirujanos que consultó coincidía, tenía que operarse inmediatamente, debían implantarle barras de Harrington (de 20 a 30 centímetros desde la base del cuello hasta la base de la columna), ya que la tomografía demostraba que la médula estaba lesionada y que podría quedarse paralizado en cualquier momento.

Dispenza, que era quiropráctico, sabía muy bien lo que eso significaba: una discapacidad permanente y, muy probablemente, con un dolor constante. Su decisión fue arriesgada: intentaría ayudar a su cuerpo a que se recuperara de manera natural, conocía bien todo lo concerniente a huesos y músculos e ideó un plan de acción que incluía autohipnosis, meditación, una dieta que ayudara a sus huesos a regenerarse y ciertos ejercicios en el agua. Se recuperó totalmente en un tiempo récord y decidió ahondar en el tema.

Durante ocho años, estudió las remisiones espontáneas de enfermedades y le sorprendieron tanto los resultados que decidió volver a la universidad para intentar explicar científicamente lo que había descubierto: el poder de nuestro cerebro como director ejecutivo del cuerpo.

Joe Dispenza estudió Bioquímica en la Universidad Rutgers de New Brunswickle,en Nueva Jersey; obtuvo el doctorado en Quiropráctica en la Life University de Atlanta, donde se licenció magna cum laude y recibió el premio Clinical Proficiency Citation por la extraordinaria calidad de su relación con los pacientes. Miembro de la International Chiropractic Honor Society, ha cursado estudios de posgrado en neurología, neurofisiología, función cerebral, biología celular, genética, memorización, química cerebral, envejecimiento y longevidad.

Desde 1997 ha dado conferencias en 17 países de los cinco continentes. Participó en la famosa película-documental “Y tú qué sabes”.

¿Cómo empezó a interesarse por el cerebro?

He entrevistado a cientos de personas que han sido diagnosticadas con enfermedades –tumores malignos y benignos, enfermedades cardíacas, diabetes, alteraciones respiratorias, hipertensión arterial, colesterol alto, dolores musculoesqueléticos, raras alteraciones genéticas para las que la ciencia médica no tiene solución…–, pero cuyo cuerpo se ha regenerado por sí solo sin la ayuda de una intervención médica convencional, como la cirugía o los fármacos.

¿Milagro?

Observé que una de las causas principales de esas remisiones espontáneas era que habían cambiado su forma de pensar, así que volví a la universidad e hice la carrera de neurociencias para poder explicar qué es lo que ocurría. Cuando afirmo que nuestros pensamientos se convierten literalmente en materia, me baso en la más pura vanguardia científica. Básicamente, esos individuos cambiaron la arquitectura neurológica de su cerebro.

Estimulante curiosidad la suya.

Todas esas personas que tenían una remisión espontánea compartían cuatro cualidades específicas. Lo primero es que todas aceptaron, creyeron y entendieron que había una inteligencia superior dentro de ellos, da igual si la calificaban de divina, espiritual o subconsciente. Lo segundo es que todas aceptaron que fueron sus propios pensamientos y sus propias reacciones las que crearon su enfermedad, y puedo hablar y citar estudios sobre cualquiera de estos temas durante media hora. Hay un floreciente campo científico llamado psiconeuroinmunología que demuestra la conexión existente entre la mente y el cuerpo.

Le creo, pero avancemos en sus conclusiones.

La tercera característica común es que cada persona decidió reinventarse a sí misma para llegar a ser otro, y los estudios actuales en neurociencias muestran que esto es totalmente posible. Por último, tenían en común que durante el período en que intentaban meditar o imaginar en qué querían convertirse, hubo tiempos largos en que perdieron la noción del tiempo y el espacio.

¿Y eso qué significa?

El lóbulo frontal representa un 40% ciento de la totalidad del cerebro, y cuando estamos de verdad concentrados o focalizados, el lóbulo frontal actúa como un control de volumen. Como tiene conexiones con todas las demás partes del cerebro, puedo rebajar el volumen del tiempo y del espacio. En otras palabras, los circuitos que tienen que ver con mover tu cuerpo, sentirlo, percibir lo que hay fuera y percibir el tiempo pasan a un segundo plano, y el pensamiento se convierte en la experiencia en sí, es más real que cualquier otra cosa. De este modo el lóbulo frontal elimina todo lo que no es prioritario para focalizarse en un único pensamiento, y es en ese momento en que el cerebro rehace su cableado.

¿En qué se traduce?

Aquello en lo que pensamos y en lo que concentramos nuestra atención con más frecuencia es lo que nos define a escala neurológica. Un reciente estudio demuestra que las grandes ideas surgen cuando uno está relajado, pensando en otras cosas. Entre la intención y el rendirse. Antes se creía que la parte derecha del cerebro es la parte emocional o sentimental, el lado creativo, y la izquierda, la racional o lógica. Pero de hecho, el lado derecho del cerebro es el responsable de procesar la novedad cognitiva, las nuevas ideas que, cuando ya están memorizadas, cuando se convierten en familiares, pasan al lado izquierdo del cerebro. Es lo que conocemos como rutina cognitiva.

¿Cambiar las marchas del coche?

Todas esas cosas que hacemos sin pensar, sí. Ésa es la razón de que cuando un neófito escucha música la oiga con el lado derecho del cerebro, pero un músico profesional lo haga con el izquierdo. Esto significa que tenemos la oportunidad de aprender cosas nuevas y recordarlas, es la manera que tiene la evolución de hacer conocido lo desconocido. Podemos cambiar nuestra mentalidad. Al crear nuevos cableados y fortalecerlos con nuestro pensamiento, dándoles prioridad, los que no utilizamos tienden a desaparecer.

Usted habla de inteligencia espiritual, ¿qué es eso, cómo lo explica desde un punto de vista científico?

No hay nada místico en ello. Se trata de la misma inteligencia que organiza y regula todas las funciones corporales. Esta fuerza hace que nuestro corazón lata ininterrumpidamente unas cien mil veces cada día sin que nosotros pensemos siquiera en ello, y se encarga de las sesenta y siete funciones del hígado, aunque la mayoría de la gente ni siquiera sabe que ese órgano realiza tantas tareas. Esta inteligencia sabe cómo mantener el orden entre las células, los tejidos, los órganos y los sistemas corporales, porque ha sido ella quien ha creado el cuerpo a partir de dos células individuales.

¿El poder que da origen al cuerpo es el poder que lo mantiene y lo sana?

El cerebro no puede cambiar el cerebro porque es sólo un órgano, y la mente no puede cambiar el cerebro porque es un producto del cerebro. Así que tiene que existir algo que está operando en el cerebro para que cambie la mentalidad.

¿Cómo define ese algo?

Ja, ja, ja, esa es una pregunta muy filosófica, dos botellas de vino y quizá cuatro horas, porque se trata de la búsqueda del ser. Pero por el momento es curiosamente la ciencia la que nos permite explicar que efectivamente tenemos control sobre nuestra mente y nuestro cerebro, es decir, que no somos un efecto de nuestros procesos biológicos sino una causa. Básicamente, más allá de mis estudios sobre las remisiones espontáneas de enfermedades, lo que intento transmitirle es que nuestros pensamientos provocan reacciones químicas que nos llevan a la adicción de comportamientos y sensaciones y que cuando aprendemos cómo se crean esos malos hábitos, no sólo podemos romperlos, sino también reprogramar y desarrollar nuestro cerebro para que aparezcan en nuestra vida comportamientos nuevos.

¿Y la predestinación genética?

La investigación científica de vanguardia está mostrando que la genética tiene la misma plasticidad que el cerebro. Los genes son como interruptores, y es el estado químico en que vivimos el que hace que algunos estén encendidos y otros apagados. Se ha realizado un estudio muy interesante en Japón con enfermos dependientes de la insulina tipo dos que mostraba cómo los enfermos sometidos a programas de comedia normalizaban su nivel de azúcar en sangre sin necesidad de insulina. Veinticuatro genes activados sólo por el hecho de reírse. Los genes son igual de plásticos que nuestro tejido neuronal.

¿Cada vez que pensamos fabricamos sustancias químicas?

Así es, y estas sustancias a su vez son señales que nos permiten sentir exactamente cómo estábamos pensando. Así que si tienes un pensamiento de infelicidad, al cabo de unos segundos te sientes infeliz. El problema es que en el momento en que empezamos a sentir de la manera en que pensamos, empezamos a pensar de la manera en que nos sentimos, y eso produce aún más química.

Un círculo vicioso.

Sí, y así se crea lo que llamamos el estado de ser. La repetición de estas señales hace que algunos genes estén activados y otros apagados. Memorizamos este estado como nuestra personalidad, así que la persona dice: “Soy una persona infeliz, negativa, o llena de culpa”, pero en realidad lo único que ha hecho es memorizar su continuidad química y definirse como tal. Nuestro organismo se acostumbra al nivel de sustancias químicas que circulan por nuestro torrente sanguíneo, rodean nuestras células o inundan nuestro cerebro. Cualquier perturbación en la composición química constante, regular y confortable de nuestro cuerpo dará como resultado un malestar.

Estamos enganchados a nuestra química interna.

Sí, haremos prácticamente todo lo que esté en nuestra mano, tanto consciente como inconscientemente y a partir de lo que sentimos, para restaurar nuestro equilibrio químico acostumbrado. Es cuando el cuerpo ya manda sobre la mente.

¿Propone cambiar la química cerebral con nuestro pensamiento?

Es una parte de mi trabajo, no se trata sólo de cambiar la química cerebral, también los circuitos cerebrales, el cableado. Si podemos forzar al cerebro a pensar con otros patrones o secuencias, estamos creando una nueva mente. El principio de la neurociencia es que si las células neuronales se activan conjuntamente, se entrelazan creando una conexión más permanente. Una persona ante una situación, por nueva que sea, recurre a esa conexión, es decir, repite el mismo pensamiento una y otra vez y da las mismas respuestas, su cerebro no cambia, vive con la misma mente cada día.

¿Cómo interrumpir el ciclo?

A través del proceso de conocimiento y de la experiencia podemos cambiar el cerebro. Es buena idea examinar constantemente qué podemos cambiar dentro de nosotros. Si cada mañana nos planteáramos cuál es la mejor idea que podemos tener de nosotros mismos, tendríamos otro tipo de mundo.

¿Qué preguntas debemos hacernos para sentir de otra manera?

La mayoría de las personas cree que las emociones son reales. Las emociones y los sentimientos son el producto final, el resultado de nuestras experiencias. Si no hay experiencias nuevas o vividas de otra manera, vivimos siempre en la actualización de sentimientos pasados. Se trata del mismo proceso químico vez tras vez. Una pregunta que ayudaría a cambiarnos es: ¿qué sentimiento tengo cada día que me sirve de excusa para no cambiar? Si las personas empiezan a decirse: yo puedo eliminar la culpa, la vergüenza, las sensaciones de no merecer, de no valer…; si podemos eliminar esos estados emocionales destructivos, empezamos a liberarnos, porque son estos estados emocionales los que nos impulsan a comportarnos como animales con grandes almacenes de recuerdos. ¿Cuál es el mayor ideal de mí mismo? ¿Qué puedo cambiar de mí mismo para ser mejor persona? ¿A quién en la historia admiro y qué quiero emular?

Pero saber quién quieres ser no es suficiente para cambiar tu cableado.

No. El conocimiento es lo que precede a la experiencia. Aprender una información es personalizarla y aplicarla. Debemos modificar nuestro comportamiento para poder tener una nueva experiencia que a su vez crea nuevas emociones. El conocimiento es para la mente; la experiencia, para el cuerpo. Tenemos que enseñar al cuerpo lo que la mente ha entendido intelectualmente. Si seguimos repitiendo esa experiencia, se archiva en un sistema nuevo en el cerebro, y eso permite pasar del pensar al hacer, al ser.

El siguiente paso es cambiar hábitos de comportamiento, tiene que haber acción.

El hábito más grande que tenemos que romper es el de ser nosotros mismos, porque la neurociencia y la psicología dicen que la personalidad ya está formada antes de los 35 años, eso significa que tenemos los circuitos hechos para poder enfrentarnos a cualquier situación y, por lo tanto, vamos a pensar, a sentir y actuar de la misma manera el resto de nuestros días. Pero los últimos estudios muestran que sí es posible cambiar la personalidad en todas las etapas de la vida, para eso hay que convertir el hábito inconsciente en algo consciente, llegar a tener conciencia de esos pensamientos y sentimientos inconscientes.

¿Eso son 20 años de psicoanálisis?

Aunque llegues a entender intelectualmente que tu padre era muy dominante, eso no cambia tu condición. El primer paso siempre es aprender. Mientras vamos aprendiendo nueva información y empezamos a pensarla, la contrastamos con nuestras creencias y la analizamos, estamos cambiando nuestro cableado, construyendo una nueva mente. Una vez que esa nueva mente está establecida, tenemos que empezar a pensar cómo mostrarla, y ahí entra el cuerpo. Cualquier proceso de cambio requiere el desaprender y el reaprender.

Nota de la redacción. Agradecemos a Enrique Martínez Lozano su remisión.

"Parir SIN Miedo", de Nina

Presentación del Libro de Nina:

Hoy nos hacemos eco del libro que acaba de publicar Nina, "Parir sin miedo", que será presentado mañana miércoles día 28 de mayo a las 8 de la tarde en la planta 6ª de El Corte Inglés. Hemos hablado con Nina y nos ha dicho que estaría encantada que asistiera la gente que le conoce, la que le interesa esta cuestión y sobre toda la que ayudó en el parto y a la que tanto quiere. Personalmente sabemos del buen hacer de Nina en la preparación al parto. Nos alegramos de que haya querido dejar escrito lo mucho que sabe en este libro. Estamos todos invitados.

Contenido del libro:

El libro consta de 20 capítulos cada uno de ellos con información muy sencilla pero al mismo tiempo muy completa de lo que es el embarazo y el parto. Su objetivo es informar, motivar, y entrenar el cuerpo y la mente. Para que llegado el momento del parto, lo afronten con una gran serenidad, y colaboren con el útero que es el órgano que está dentro del cuerpo de la mujer con la función de gestar y parir la vida, lo que tiene que hacer la embarazada es ayudarle utilizando las herramientas que ha trabajado en el entrenamiento, que son: LA RELAJACIÓN, LA SERENIDAD, Y LA RESPIRACIÓN, que son los tres pilares básicos de un buen trabajo de parto.

Adquisición:

Los interesados en adquirirlo pueden ponerse en contacto con Nina. Mañana mismo lo podrán adquirir en el acto de presentación.

Contacto:

Nina ha creado una web desde la que informa de este libro: pinchando aquí accedes a ella.

lunes, 26 de mayo de 2014

La doma del arpa

Okakura Kakuzo. La apreciación del arte.

"Érase una vez, en la Cañada de Lungmen, un árbol de kiri, un verdadero rey del bosque. Alzaba su cabeza para hablar a las estrellas y sus raíces se hincaban profundamente en la tierra, mezclando sus espirales bronceadas, con las del plateado dragón que duerme más abajo. Y sucedió que un poderoso mago hizo de ese árbol un arpa maravillosa, cuyo espíritu terco tan sólo podía ser domado por músicos excelsos. Por mucho tiempo guardó el instrumento el Emperador de China, pero fueron vanos todos los esfuerzos de los que trataban de arrancar melodías de sus cuerdas. Como respuesta a sus grandes esfuerzos solo salían del arpa notas llenas de desdén, en desacuerdo con las canciones que ellos cantaban. El arpa rehusaba reconocer un amo.

Al fin vino Piewoh, el príncipe de los artistas. Con manos tiernas acarició el arpa tal como uno haría para calmar a un caballo indómito, y muy suavemente tocó las cuerdas. Cantó la naturaleza y las estaciones, las altas montañas y las aguas que corren, ¡y todas las memorias del árbol despertaron! Una vez más el aliento dulce de la primavera jugueteó entre su ramaje. Las cataratas jóvenes, al danzar por los barrancos, se reían de las flores en capullo. De pronto se escucharon las voces adormecidas del verano con sus diez mil insectos, el goteo suave de la lluvia, el lamento del cucú. ¡Grrr! Ruge un tigre y el valle le responde con su eco. Es ya otoño; en la noche desierta, aguda como una espada, brilla la luna sobre la hierba helada. Ahora reina el invierno, y por el aire lleno de nieve giran bandadas de cisnes y el granizo respira en las ramas de los árboles con deliciosa fiereza.

Luego Piewoh cambió de modo y cantó al amor. El bosque se cimbreaba como un ardiente enamorado profundamente perdido en sus pensamientos. En lo alto, como una soberbia doncella, pasa una nube brillante y hermosa; pero al pasar deja largas sombras en el campo, negras como la desesperación. De nuevo cambió el modo. Piewoh cantó la guerra, el fragor de aceros y los corceles en la carretera. Y en el arpa se alzó la tempestad de Lungmen, el dragón cabalgaba sobre el rayo y una avalancha de truenos rompía entre las colinas. En éxtasis, el monarca Celestial preguntó a Piewoh cuál era el secreto de su victoria.

«Señor -le respondió-, los otros fracasaron porque cantaban para sí. Yo dejé que el arpa escogiese su tema, y no supe con certeza si el arpa era Piewoh o Piewoh era el arpa».

Piewoh es el arte verdadero, y nosotros somos el arpa de Lungmen. Al toque mágico de lo bello, las cuerdas secretas de nuestro ser despiertan y nosotros vibramos y nos estremecemos en respuesta a su llamada. La mente habla a la mente. Oímos lo que nos se puede decir, miramos lo invisible. El maestro hace salir notas que nosotros no conocemos. Las memorias que hacía mucho tiempo se habían olvidado regresan todas con significados nuevos. Esperanzas que habían sido apagadas por el miedo, deseos que no nos atrevemos a reconocer, se alzan con gloria renovada. Nuestra mente es el lienzo en que el artista coloca sus colores; sus pigmentos son nuestras emociones; sus claroscuros, la luz del gozo, la sombra de la tristeza. Nosotros somos la obra maestra y nosotros somos de la obra maestra”.

domingo, 25 de mayo de 2014

A Dios rogando

La redacción del BLOG

Un nuevo libro llega a nuestra redacción: A DIOS ROGANDO

El libro está escrito por una monja que está cobrando mucha actualidad, Sor Lucía Caram, por su presencia en los medios de comunicación. Nació en Argentina y vive en Cataluña, entregada a la causa de los pobres y al mundo de la espiritualidad.

Ella misma se presenta para todos nosotros: “Cuando me hice monja me dijeron que lo más importante era la oración: era pedirle a Dios. Y pasé muchos años dedicada a la plegaria. Con el tiempo estalló el drama de la humanidad,l legó el llanto de los pobres y, abriendo puertas y borrando muros, acogiendo y compartiendo la vida, comprendí que si antes le pedí solo a Dios, ahora tengo que pedirle a todo dios, porque esto es cosa de todos. Soy de las que pienso que Dios no tiene manos, que tiene nuestras manos para curar, consolar, construir y transformar”.

Compartimos con todos nuestros internautas algunas reflexiones suyas:

• Hoy me siento libre ante las estructuras que hasta hace poco me encadenaban. No tengo nada que perder. Mi vida son vidas, son mis causas y son personas.

• No tengo ningún mérito en creer. Para mí la vida es una evidencia de aquello en lo que creo.

• ¿Por qué unas monjas que recibieron unos pisos van a estar exentas de un impuesto que paga la mayoría?.

• Ser felices es lo mismo que ser libres. La felicidad y la libertad nacen del propio corazón. La felicidad es un modo de andar por la vida ligeros de equipaje.

• Crece en mí la convicción de que hemos recibido la vida para vivirla y para devolverla a los otros en forma de oportunidades: “yo sí, tú también”.

• El secreto de la felicidad está en creer, querer y crear.

• A veces los creyentes pensamos que estamos recogidos, pero en realidad estamos encogidos, enroscados en nosotros mismos y somos incapaces de ver más allá de nuestras narices.

• Comparto con José Luis Sampedro que el capitalismo se está suicidando y que en lugar de quejarnos tendríamos que ayudarlo a morir de forma definitiva.

• No podemos aspirar a cualquier forma de sociedad, ni a cualquier tipo de crecimiento, ni a cualquier forma de consumo. Hoy nos toca construir juntos, desde la complicidad, buscar resultados que tal no llenen nuestros bolsillos, pero que nos hacen más humanos.

• Ya tiene delito: Jesús llama bienaventurados a quien la sociedad llama desgraciados.

• ¡Caramba!, claro que hay que cambiar el sistema, pero mientras lo hacemos hay que atender a las personas, a las víctimas. Y llevo peor que hay cristianos acomodados que se laven las manos y encima critican a los que hacen algo por los otros… Con el Papa Francisco se les acabó el chollo.

• Me gusta la gente que pone pasión, seducción, enamoramiento en lo que hace.

• O tomamos partido por los débiles o traicionamos el evangelio. O nos ponemos del lado de las víctimas o no nos reconocerá ni Dios.

• La política es demasiado importante como para que la dejemos en manos solamente de los políticos.

• … Y así muchas más afirmaciones escritas con claridad y avaladas por una vida entregada a la causa de los de abajo.

sábado, 24 de mayo de 2014

LA ESCRIBANA DEL REINO

vano reflejo. Jesús Aguado

-El nombre de las cosas-

         De niños aprendemos con avidez el nombre de todas las cosas, desde “mamá” a “catástrofe”. Preguntamos continuamente y siempre queremos saber más. Poner nombre a las cosas y a los sentimientos nos da seguridad.

         Pero en un momento dado de nuestra vida, llevados tal vez por la prudencia, el temor, el dolor o la pereza, empezamos a confundir las palabras y a emplear extraños nombres para identificar cosas, sentimientos o emociones.

         Así, por ejemplo, llamamos “mayores” a los viejos, “chicos” a los cincuentones y “chavales” a los de cuarenta. Entendemos que la indiferencia o la falta de atención es “respeto a la intimidad ajena”. La pasividad se llama “relajación”. La envidia, “falta de objetividad”. La rabia, “carácter fuerte”. Y el orgullo, “no saber estar en tu sitio”. Emigrar, ahora es “enriquecimiento cultural”, protestar es “arriesgar tontamente” y callar es “saber aprovechar las oportunidades”.

         En fin, en este afán de maquillaje colectivo y superlativo, llegamos a confundir churras con merinas o –lo que es peor- sentimientos con actuaciones, emociones con pensamientos y autenticidad con falta de recursos. Entre tanto confusionismo no sabemos ni quiénes somos.

         Yo creo que mientras no llamemos a las cosas por su nombre propio no vamos a aclararnos, ni vamos a poder enfrentarnos a lo que nos disgusta de nosotros mismos. Total, para qué luchar contra nuestra soberbia, envidia, orgullo, egoísmo y todo lo demás si tan sólo son “peculiaridades” de nuestro carácter.

                                                                         
  M.E.Valbuena