Quiero volver a ser niña.
A jugar a la comba con mis vecinas.
A soñar con tiempos amables.
A reirme a carcajadas de la vida.
A disfrutar del sol que me acaricia y de la brisa que me rodea.
A dar vivas a la vida por haberme despertado.
A escuchar los cuentos de mi abuelo Tasio.
A escribir en los áboles de mi parque.
A guiñarle los ojos al niño pelirrojo de mi clase.
A decirle gracias a Don Matías, mi maestro.
A rezar versos bonitos camino del colegio.
A buscar nidos entre las seves de los prados de mi pueblo.
A creerme que soy una princesa en un cuento de hadas
y que tú también estás encantado.
Amigo bloguero, déjanos tu sueño en nuestro blog.
- A volver a tener a mi "PEPON" (que era como cariñosamente llamaba a mi padre) y darle los besos y abrazos que con tanta alegria él recibia.
ResponderEliminar- A volver a tener a mi abuelo paterno con ese olor a los caramelos de menta, (que se llamaban "frescolín"), que continuamente saboreaba. Esa sensibilidad, afectividad etc..que transmitia y, ¡como me valoraba!.
- A volver a tener a mi abuela paterna, para seguir haciéndola travesuras y la risa que pasábamos; porque la llamábamos a la puerta y al teléfono a la vez; y cuándo volvia a casa se lo comentaba a mi padre y siempre terminaba diciendo: "Al final no era nadie...."
- A volver a jugar en las noches de verano, en el atrio de San Isidoro, que nos juntábamos muchos niños con nuestras madres, y siempre nos parecia pronto cuándo nos llamaban para ir a dormir.
- A volver a jugar con el "saltador gorila".
- A patinar; que me encantaba sentir como movía mi melena y el aire en mi cara, a la vez que me balanceaba y avanzaba.
- A celebrar mis cumpleaños, que tantos niños reunia, y nunca faltaba el chocolate con churros, tan rico que ponian en el Bar Cantábrico.
- A ser Domingo de Ramos para ir a misa con el ramo y toda contenta por la ropa que había estrenado.
- A ser el día de mi comunión; lo contenta al estar en la iglesia en un banco sola para mis padres y para mi y yo sentada entre ellos.
Como la había hecho con las compañeras del colegio, también la procesión que hicimos a la salida de misa, por el patio del colegio y alrededor estaban nuestros padres, hermanos etc.
Pepi con tanto recuerdo ha terminado emocionándose, porque su infancia no fué un camino de rosas, también espinas y muy dolorosas.