En la pared de la vieja estación de FEVE, de León, en la calle Ramón y Cajal, el muralista Sierra, nos ha dejado una de sus bellezas con mensaje, que nos recuerda a aquel viejo cuento hindú:
- Maestro, ¿cómo puede liberarme?, le pregunta el discípulo.
Efectivamente, nosotros mismos somos los que nos tenemos que dar cuenta de nuestras ataduras; hasta entonces, no seremos capaces de empezar a resolverlas. A Pepi la ata los problemas sentimentales.
Yo pienso que si sabes lo que te ata, pero no quieres aceptar que esa atadura no te hace feliz en la vida.La teoria la sabemos pero llevarla a la práctica es otra cosa.
Aún sabiendo lo que te ata, ¡qué difícil es soltarlo! No se si el miedo, no se si algunas seguridades, no se si la falta de confianza,...un conjunto de cosas que al final pasan factura y merman mi felicidad. Necesito mejorar mi autocontrol. Lo intentaré.
Efectivamente, nosotros mismos somos los que nos tenemos que dar cuenta de nuestras ataduras; hasta entonces, no seremos capaces de empezar a resolverlas.
ResponderEliminarA Pepi la ata los problemas sentimentales.
Mi propio ego es mi atadura mas fina, sibilina, traicionera, inconsciente... Todo lo demás viene a continuación
ResponderEliminarAutoconocimiento,aceptación y ¡manos a la obra!
ResponderEliminarYo pienso que si sabes lo que te ata, pero no quieres aceptar que esa atadura no te hace feliz en la vida.La teoria la sabemos pero llevarla a la práctica es otra cosa.
ResponderEliminarAún sabiendo lo que te ata, ¡qué difícil es soltarlo! No se si el miedo, no se si algunas seguridades, no se si la falta de confianza,...un conjunto de cosas que al final pasan factura y merman mi felicidad. Necesito mejorar mi autocontrol. Lo intentaré.
ResponderEliminar