Hoy nuestro reportero encontró la playa vacía y él mismo en aquella playa solitaria escribió para si aquellas palabras mágicas y efímeras que hoy nos ofrece a todos:
"me perdono, me quiero..." y lo hizo mientras se mojaba los pies y las olas cubrían la soledad de sus lágrimas y sus propios pesares.
Tantas veces se dijo ese mantra que se lo acabó creyendo y decidió celebrarlo con una sidriña.
¡Qué gozada debe ser conseguir perdonarse a si mismo las propias miserias!. Como para echarse a volar, digo yo..
ResponderEliminar