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martes, 24 de junio de 2014

EL RINCÓN DEL PSIQUIATRA

  • Si te gustaría tener mejor salud, camina, ve al gimnasio, mejora tu nutrición, bebe agua, puedes acudir a un profesional, pero si no le haces caso, no te servirá de mucho...
  • Si te gustaría mejorar tu economía, fórmate, busca un trabajo mejor, no te crees necesidades que no puedes mantener y son inútiles, disfruta de las pequeñas cosas…
  • Si te gustaría tener pareja sal de casa, apúntate a clases de baile, a un curso de fotografía, registrarte en una aplicación para conocer gente…
  • Si tienes una enfermedad, céntrate en lo que puedes hacer, sé ejemplo de que siempre se puede aportar algo…
  • Si quieres medir 1,80 y mides 1,60 escasos, ahí ajo y agua, es lo que hay pero cuanto esté en tu mano ¡hazlo! .

Felicidad y sufrimiento

            La felicidad, desde el punto de vista psicológico, es un estado emocional o afectivo, que se caracteriza por sentimientos de satisfacción y bienestar. Es un estado subjetivo y como tal, cada persona tiene un umbral para la felicidad, como para el dolor y la angustia.

            La felicidad, en definitiva, depende de la relación que tengamos con nosotros mismos y la relación con los demás. Esos son los dos pilares donde se cimientan la felicidad (sensación de autorrealización y plenitud) y que no se contrapone necesariamente con la tristeza: uno puede estar triste y ser feliz o tener mucha angustia pero disfrutar con la caricia del nieto o el abrazo tierno de la pareja.

            No podemos olvidar que la felicidad es algo dinámico e intransferible, y que esa vivencia, de autorrealización y plenitud plena y absoluta- como dice un amigo mío- solamente se conseguirá “una hora después de muerto”. Mientras tanto habrá que esforzarse para ir poniendo los peldaños que nos conduzcan a la cumbre: la felicidad.

El sufrimiento

            Hay que distinguir entre dolor y sufrimiento: el dolor, tanto físico como psíquico (angustia) es un hecho inevitable por ser inherente a la condición humana. Además es objetivo. Sin embargo, el sufrimiento es el nivel de daño que puede causarnos un dolor determinado: “mi dolor”(=sufrimiento). Es subjetivo.

            Para Ramiro Calle (2005) maestro de yoga, existen tres tipos de sufrimiento, de acuerdo con la sabiduría oriental: el sufrimiento inevitable: enfermedad, vejez, muerte, etc.; el sufrimiento evitable y absurdo: el que engendra nuestra mente neurótica, y el sufrimiento que causamos a los demás, por nuestra mente neurótica.

La felicidad y el sufrimiento en la vida cotidiana

            La vida es un proyecto de felicidad que dependerá de cada uno de nosotros de hacerlo realidad o de estropearlo con falsas expectativas. Uno se siente feliz cuando llega a la conclusión  de que el problema no es el problema sino la respuesta que le damos. Por esto podemos entender la felicidad de un enfermo de cáncer o la paz interior que irradia un tetrapléjico. No podemos evitar todos los conflictos, vivimos en un mundo cambiante y adverso, pero sí podemos disfrutar a pesar de ellos.

Alejandro Rocamora Bonilla

Psiquiatra

jueves, 19 de junio de 2014

CONVERSACIONES CON MI MENTE

VER LA PROPIA MIRADA

Hoy, solo hoy, y tan solo por un momento, contempla por favor tu propia mirada… No lleva mucho tiempo, no cansa, no asusta… Solo te pido que detengas ese ajetreo loco de la vida y observes con calma el brillo de tus ojos, la luz clara de amanecer que surge desde su más remota profundidad. ¡Hay tanta magia en tu mirada! Es la bondad de un ser humano único, la belleza de un alma limpia y la encantadora locura de un corazón vivo y palpitante…
Míralos sólo por un instante, que tus ojos te hablarán de la perfección de lo que eres. Puede que tu mente farfulle interminables monsergas de tus defectos, de tus “no puedo”, “no debo”… Pero deja hablar a tus ojos y escúchalos, pues yo daría cualquier cosa por enseñarte lo que veo en tu mirada: la esencia maravillosa que refleja.
 El mundo tropieza, la vida a veces decepciona, pero solo con que contemplaras un instante esos ojos humanos, amarías su dulzura, te asombrarías con lo que muestran y te abrazarías a tu esencia, incapaz ya de soltarte de ella.
Demasiado dolor en cada persona por perderse sus miradas. Demasiada angustia por acatar las limitaciones del ego, demasiada prisa por llegar a ninguna parte, cuando todo lo que importa está tras una mirada… la propia mirada. Mírate, mirémonos y quedémonos sin palabras, mudos de asombro ante el regalo de la vida que somos: seres humanos perfectos en nuestras imperfecciones y rarezas. Hermosos con lo que hay y sencillos con lo que somos.
La belleza de la mirada sólo hay que buscarla, y con ella encontraremos el alma.

Mª José Calvo Brasa

domingo, 15 de junio de 2014

EL RINCÓN DEL OPTIMISTA


La ocasión de los pueblos

Hace unas pocas semanas asistí a una conferencia del escritor leonés y profesor universitario, Oscar M. Prieto, que se titulaba ‘La ocasión de los pueblos’. Y allí escuché frases que considero bastante interesantes que intentaré reproducir aquí.
-Vivir en un pueblo no es nada humillante, al contrario, hay mucha más calidad de vida que en las ciudades.
-En los pueblos se vive más en consonancia con el tiempo, la hora de levantarse y acostarse, las comidas, la siesta…
-En los pueblos hay verdadera relación social con los vecinos, con quien se habla, se trabaja, se trata de tú a tú, frente a la ‘soledad’ de los pisos de las ciudades, aunque en ellas vivan miles o millones de personas.
-En los pueblos no existe el aislamiento de antaño, con buenas carreteras y autovías cercanas, con señal de telefonía móvil y de Internet que a golpe de clic se puede ‘visitar’ en segundos Singapur, París, Canadá, Etiopía o Japón e incluso hablar y ver a personas que allí viven.
-En los pueblos se vive la vida y la muerte como algo cercano y natural, siguiendo la evolución de un recién nacido igual que se acompaña al moribundo hasta que le llega ‘la hora’.
-Los niños en los pueblos pueden jugar sin peligro a ser atropellado y en contacto con la naturaleza, en pleno campo, en consonancia con la madre tierra, plantas-animales.
-En el pueblo puedes cultivar un huerto que es el símbolo de todos los valores. (Aquí invito a leer un apunte mío anterior, Huertaterapia). El huerto te permite descubrir el ciclo del agua, de las plantas, de la vida…. Trabajas con las manos, algo fundamental, sudas, labras, plantas, cavas, riegas y cosechas productos ricos, sanos y baratos. Porque en los pueblos se puede vivir con menos que en las ciudades, se puede incluso ahorrar tal y como nos enseñaron nuestros padres/abuelos, llegando a practicar la economía de subsistencia en estas épocas de crisis económicas y sociales casi perpetuas. Quienes viven en las ciudades no tienen excusa si quieren cultivar un huerto y carecen de pueblo, porque existen muchas iniciativas de huertos de alquiler en las afueras donde labrar y sudar a demanda. Hasta gallinas de alquiler he leído el otro día que hay.
-En el pueblo se puede compatibilizar un trabajo intelectual con uno físico disfrutando de todas las ‘comodidades’ y ‘posibilidades’ que ofrecen los pueblos.
-En el pueblo se puede ejercer la verdadera política, la democracia real, al poder votar en los concejos abiertos que ahora se quieren ‘cargar’, participando en los Plenos, votando a las personas, hablando con el alcalde y/o concejales o pedáneos, es decir, influyendo en la cosa pública y no esperando a que el elegido de turno haga y deshaga a su antojo lo que le plazca cada cuatro años amparado en la legitimidad de los votos.
Yo nací y me crié en un pueblo de 100 habitantes (ahora ya sólo tiene 30 en invierno), es el mismo pueblo donde tengo un huerto con gallinas, perro cazallo, frutales y donde cultivo cada temporada ricas hortalizas. En ese pueblo tengo una viña de la que saco un poco de vino para las ocasiones y los amigos. Es el pueblo donde cazo entre amigos, laderas, valles y terrones alguna que otra codorniz, pocas perdices y escasas liebres. En ese pueblo tengo enterrados a los míos, porque todos los del pueblo son de la familia.
Por eso opino como Oscar, ahora es la ocasión de los pueblos. Permitirme  que reivindique y me identifique desde aquí con todo lo rural, lo del pueblín.
Asín sea.
Juan

Las tres fotografías son de mi pueblo, Villeza, que se parece mucho a belleza

jueves, 12 de junio de 2014

EL PSICÓLOGO AL HABLA


Prevenir la depresión

El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional (Buda).

La tristezaes una de las emociones humanas que nos permite alejarnos un tiempo del mundanal ruido y reflexionar sobre nuestro proceso personal pasado, presente y entrever cuál podría ser nuestro futuro.

Esa reflexión cuando es poco frecuente, escasamente intensa o de corta duración nos ayuda a ver el entorno de una forma precisa y, quizá, más objetiva que cuando estamos alegres. Se convierte en un problema cuando una de las variables anteriores se desajustan.
Para las personas que tienden a desajustarse es importante saber cómo prevenirla para evitar que tienda a convertirse en un proceso depresivo. Sería conveniente protegerse de factores estresantes. ¡Qué fácil decirlo y complicado es abordar las crisis personales de forma eficiente!

Algunas llaves que tenemos para prevenir la depresión

Evitar situaciones prolongadas de estrés ya que la duración en el tiempo de éste puede hacer a la persona vulnerable a las enfermedades.

No estaría mal reflexionar para intentar conocer aquellos elementos de nuestro estilo de vida, decisiones y formas de pensar que no nos resultan satisfactorias. Aunque es muy difícil cambiar, sobre todo en la forma de pensar, hay determinados elementos que se pueden controlar en cierta medida y que proporcionan protección frente a la depresión. Por ejemplo, mejorar la vida social para evitar aislarse ya que la soledad produce monstruos y lleva a ver las cosas de una forma menos ajustada.

Si podemos hacer actividades que nos agradan, un trabajo o una actividad diaria que nos satisfaga nos hará encontrar sentido a la vida diaria estando contentos con lo que hacemos.
No debemos olvidar el llevar a cabo regularmente una actividad física ya que estimula la secreción de endorfinas que provocan sensación de bienestar además de ayudar a estar más saludables. Mantener unos horarios ordenados, cuidar la alimentación y nuestra apariencia física también es una forma de evitar que nos amarguemos la vida.


Y si todo ello no nos ayuda, pedir ayuda es una forma de comenzar a superarla si se ha instalado en nuestro interior.

Miguel Angel Cueto.- Psicólogo

lunes, 9 de junio de 2014

EL RINCÓN DEL PSIQUIATRA


Decálogo de la autenticidad

1.- ¿Qué hacer para ser auténtico? Evitar la mentira y procurar responder siempre de la misma manera independientemente de las circunstancias. Los acomodaticios y camaleónicos no son auténticos. Debo ser la misma persona en casa, en el trabajo o con los amigos. No es auténtico, pues, el que juega un rol diferente dependiendo en el medio en que se encuentre.

2.-Ser auténtico es estar en armonía con nuestras posibilidades reales (no fantaseadas) tanto psicológicas como económicas o sociales. Por esto, la base de la autenticidad es reconocerse en profundidad, sin recovecos, ni cámaras oscuras. Pero también tenemos que decir, que tampoco es auténtico aquel que se jacta de sus cualidades o desprecia a los que no las tienen. La autoalabanza y vanidad están reñidas con la autenticidad.

3.- Ser auténtico es luchar por lograr las destrezas y habilidades necesarias para armonizar nuestras obligaciones y deberes con nosotros mismos y con los otros.

4.- Ser auténtico es admitiendo las leyes, no provocar la explotación de los demás. La autenticidad no es contraria al cumplimiento estricto de las normas y las buenas costumbres. Por esto, es falso pensar que se es más auténtico cuanto más libertino seamos o más rompamos las reglas del juego de la convivencia.

5.- La autenticidad presupone una corriente de empatía hacia el otro y también aceptarlo en su totalidad con sus pros y contras. Lo que no quiere decir que en algún momento no podamos estar en desacuerdo con sus acciones o ideas.

6.- Para ser auténticos no podemos mentir ni mentirnos. Y por esto debemos procurar que la parte oscura de nuestro inconsciente sea la más pequeña posible.

7.- Ser auténtico es un proceso que dura toda la vida y por lo tanto no podemos descansar en este afán. La autenticidad plena, como la felicidad, no la conseguiremos hasta una hora después de muertos.

8.- Ser auténtico es ser congruente entre el pensar, el sentir y el actuar.

9.- Ser auténtico presupone una libertad tanto externa como interna. Es decir, hay que tener un encuadre social que respete las reglas mínimas de la convivencia y que nos permita actuar con libertad, pero también se precisa de una “libertad interna”, por lo tanto no sentirse teledirigido por nuestras angustias y tensiones, o al menos, tomar conciencia de ellas y poder neutralizarlas.

10.- En definitiva, ser auténtico supone un desarrollo armónico del sujeto y una adecuada interacción con los demás, en un contexto de “libertad externa”. Una persona auténtica es íntegra y cabal, abierto a los demás y capaz de crear un ámbito de libertad, armonía y comprensión.
 Alejandro Rocamora Bonilla

Psiquiatra


jueves, 5 de junio de 2014

CONVERSACIONES CON MI MENTE


UN DÍA DE TRISTEZA

Hoy mi corazón se ha llenado de escarcha. El hielo de la soledad ha logrado abrazarlo con fuerza mientras una fría rodilla de acero se hunde en mi estómago, clavándome en el suelo. Estoy inerme, quieta, con los ojos vidriosos por el llanto y el alma perdida. No quiero hacer nada ahora, no quiero tener nada ni quiero ir a ninguna parte. Y aunque parezca increíble, nada me importa.
En este día de tristeza soy sólo un témpano rígido que vegeta sobre un suelo de hielo. Creo ver llorando frente a mi a la niña que fui en el pasado. Sorprendentemente no me interesa saber de sus penas. Yo la miro sin verla, mientras mis propios ojos lloran con ella.
Fui tras un sueño, y estaba feliz con el espejismo de haberlo logrado. Pero hoy tropecé de nuevo y caí sobre este suelo helado… Y no quiero levantarme. El dolor me ha congelado y no me apetece nada, no me interesa nada. No tengo fuerzas ni voluntad… Hoy es un día de tristeza.
Dejadme hoy con mi pena. Quizá mañana despierte de este letargo y se caliente de nuevo mi corazón. Quizá mañana pueda levantarme y sentir de nuevo la vida palpitando en mi interior… Pero hoy es un día de tristeza y sólo quiero y necesito llorarlo.

Mª José Calvo Brasa

miércoles, 4 de junio de 2014

ANTE LA DIFICULTAD


Huimos de la dificultades
nos disgustan, nos dan miedo
estamos temerosos ante ellas.
Pero ellas están ahí,
y vendrán y volverán.
Aceptarlas e integrarlas,
convivir con ellas,
es la manera de superarlas.
Y solo así la vida
la iremos llenando y completando.  

martes, 3 de junio de 2014

PARÁBOLA DE LA CUERDA Y EL RÍO




Había una vez dos países. En uno corría la leche y la miel y el otro era árido, desgarrado por luchas y entristecido por inquietudes. Así pues, al primero le llamaban el país de la felicidad y al segundo el país de la desgracia. Estaban separados por un caudaloso río, ancho y peligroso. Muchos se ahogaron tratando de cruzarlo.
Un día vino un hombre que, por amor a la humanidad, dijo: "En verdad, voy a tratar de echar una cuerda que una las dos orillas del río y, si perezco en el intento, poco importa, ya que otros podrán agarrarse a la cuerda y atravesar el río con toda seguridad".
Este hombre ejecutó su proyecto; se preparó una cuerda, fijó un extremo a un árbol e hizo un nudo corredizo al otro extremo. Y así entró en el río en medio de la corriente, luchando contra los remolinos.
En medio de los remolinos y de la espuma, unos cazadores le lanzaron unas flechas y lo hirieron de muerte, tomándolo por un animal.
En un último esfuerzo, antes de hundirse, logró atar la cuerda alrededor del tronco de un árbol. Perdió la vida, pero realizó su proyecto a pesar de la insensatez de los cazadores.
A partir de ese instante, los que fueron testigos del acontecimiento consideraron que este hombre había sido un héroe y lo adoraron diciendo: "Murió por salvarnos, es digno de nuestro amor".
Todos le rindieron culto, pero muy pocos siguieron su ejemplo tratando de cruzar el río. Ellos pensaban: no nos ahogaremos si nos agarramos a la cuerda, pero el agua está tan fría y el río es tan caudaloso que el peligro de atravesarlo siempre es grande.
Y así, al cabo del tiempo, se olvidaron de la cuerda casi por completo. Como no se utilizaba, se fue cubriendo de algas y se le enredaron las ramas, hasta tal punto que no había ya forma de encontrarla.
Pero el culto al héroe perduró. El pueblo levantó monumentos en su memoria, cantó himnos en su honor y continuó dedicándole oraciones en recuerdo del gran amor que les había demostrado.
Después vino una segunda, una tercera y una cuarta generación. Doctores, oradores y sabios predicaron las virtudes del héroe y dijeron cómo con su muerte había salvado a los hombres; pero nunca más se volvió a hablar de la cuerda que se tendió por encima del río. Se habían olvidado de ella totalmente. Los argumentos, los discursos y las enseñanzas de los letrados acabaron por crear una enorme confusión. Cundieron las supersticiones y fueron muy pocos los que pudieron distinguir el error de la verdad.
Surgieron discusiones y pleitos. Se organizaron persecuciones contra los que conservaban aún vestigios de la verdad. La pena y la inquietud aumentaron en el país de la desgracia.
Por fin, un grupo de oradores declaró: "¿Por qué tanta disputa? Lo único que hay que hacer es adorar a nuestro héroe como un dios y creer que murió para salvarnos a todos. Y así, cuando muramos, entraremos sin ninguna dificultad en el país de la felicidad. Si nuestro cuerpo nos impide ahora atravesar el río, después de la muerte nuestra alma volará hacia la otra orilla. El amor, el poder, la valentía del héroe eran tan grandes que todo lo que pidamos a su espíritu nos será concedido; y, a cambio, nosotros le demostraremos cumplidamente nuestro amor".
Cuando el pueblo oyó esto, sintió una inmensa alegría y cubrió de honores a los oradores diciendo: "Grande es su sabiduría, porque nos han mostrado un camino fácil. Es muy sencillo adorar, rezar y recurrir a nuestro héroe para obtener nuestra salvación en el momento de nuestra muerte. Así pues, ahora comamos, bebamos, divirtámonos y saquemos el mejor partido de nuestra estancia en este país de la desgracia".
Mientras tanto, el espíritu de este héroe contemplaba con tristeza a sus hermanos, escuchando sus oraciones y sus súplicas. Él trataba de ayudarles diciendo: "Hijos míos, en verdad estáis equivocados. He vivido para salvaros. Mi muerte no es más que un episodio del esfuerzo que he realizado. No puedo en ningún caso ser la causa de vuestra salvación. Desgraciadamente, habéis olvidado la cuerda que lancé por encima del río entre el país de la desgracia y el de la felicidad y vine únicamente para eso. Por amor hacia vosotros, mi espíritu se encuentra presente para reconfortaros y animaros en la adversidad; pero me es totalmente imposible transportaros al otro lado del río cualesquiera que sean vuestras oraciones y súplicas".
Pero el rumor de esas oraciones y súplicas eran tan grandes que no dejaban oír la voz de su espíritu. Así pues, se quedaron para siempre en el país de la desgracia.



Cyril SCOTT, Una visión del Nazareno, Sirio, Málaga 


lunes, 2 de junio de 2014

ACEPTAR LO QUE VENGA

  


La Esencia de la Destreza es esta:

Lo que sea que venga, déjalo venir; lo que se quede, déjalo estar, lo que se va, déjalo ir.

Quédate callado, y adora al Ser.

Esta es la esencia de vivir hábilmente en la apariencia del mundo.

Durante todas las actividades de la vida recuerda siempre que tú eres el Ser.

La manera de vivir una vida feliz es aceptar cualquier cosa que venga, y lo que no viene, que no te importe.



Papaji

domingo, 1 de junio de 2014

Darme cuenta

El rincón del optimista
Juan
Darme cuenta de que el tiempo pasa inexorablemente
Cada día que pasa me voy dando cuenta de lo importante que es darme cuenta de muchas cosas que me ocurren cada día, cada minuto de mi vida.
-Darme cuenta de que mis hábitos alimenticios no son los adecuados y que existen otras comidas más saludables que se pueden y deben probar.
-Darme cuenta de que hago todo muy deprisa, a la carrera, sin ninguna necesidad, dejándome arrastrar por los demás, por la sociedad, sin tiempo para la reflexión, para conocerme y conocer o atender a los demás.
-Darme cuenta de que algunas compañías no me vienen bien, que no me favorecen, compañías que perjudican.
-Darme cuenta que en esta vida importa ser feliz y para ello no necesito acumular materiales, propiedades, casas, fincas, coches, empresas ni otras ‘riquezas’ de ese estilo.
-Darme cuenta de que estar permanentemente instalado en la queja no sirve de nada.
-Darme cuenta de que necesito dedicar más tiempo a los demás y menos a mí mismo; ser solidario, no egoísta.
-Darme cuenta que es más aprovechable escuchar y escuchar bien que hablar por hablar.
-Darme cuenta lo mal que me hacen drogas como el tabaco y/o el alcohol.
-Darme cuenta de lo dañino que son los pensamientos repetitivos, irracionales, que lo envuelven todo y no me conducen a nada… bueno. -Darme cuenta de lo saludable que es un paseo, solo o en compañía, como alternativa a permanecer sentado en el sofá viendo cualquier programa que echen por la tele como un zombi hipnotizado.
-Darme cuenta de que un buen libro, igual que una buena canción o un concierto, tienen un efecto tan positivo como una charla/conferencia/exposición… todo creado con buenas y sanas intenciones.
-Darme cuenta que en los tropiezos y en las desgracias hay avance y aprendizaje.
-Darme cuenta de que cuando me duele la cabeza, la espalda u otra parte del cuerpo es un síntoma, un aviso de que algo anda mal, que hay que buscar el origen, investigar los motivos (vale igual para sufrimientos del alma) si es que quiero ponerle remedio. -Darme cuenta de que hay un número ilimitado de aspectos que me ocurren cada día sobre los que puedo y debo darme cuenta, para………… PONERME EN ACCIÓN, PONERME MANOS A LA OBRA, cambiar, modificar esos hábitos, iniciar nuevos caminos, cerrar puertas y heridas… para lo que siempre se está a tiempo. Eso es en el caso de que lo desee realmente porque si no quiero cambiar, si quiero seguir anclado en mi dolor, en mi desgracia, en mi lamento… de nada sirve que me dé cuenta de todas esas ataduras que me esclavizan, porque claramente es que VOY A GUSTO ENCIMA DE LA BURRA, no hay vuelta de hoja.
Asín sea.
Juan