Este verano esperaba verte, como otros años, en el mismo lugar y con la misma gente. Verte para contarte un puñado de cosas que tenía pendientes. Verte para saber qué color tenían tus manos y cómo se iba clareando tus cabellos. Verte para susurrarte esas cosas que normalmente no se hablan y que otros consideran tonterías.
Verte para volver a escuchar tus palabras amorosas, mientras te ibas: ¡cuídate, cuídate!
Verte que almacenar en mi memoria nuevos recuerdos, otras miradas, tu piel y que me durara un año entero.
Pero no llegaste y yo me quedé solo en mi memoria.
¡Tengo tantas cosas que aceptar, que hoy, al recordarte, me doy cuenta de que vivo más en mis sueños que en la realidad y que esos sueños no sé si me hacen bien!.
Verte para volver a escuchar tus palabras amorosas, mientras te ibas: ¡cuídate, cuídate!
Verte que almacenar en mi memoria nuevos recuerdos, otras miradas, tu piel y que me durara un año entero.
Pero no llegaste y yo me quedé solo en mi memoria.
¡Tengo tantas cosas que aceptar, que hoy, al recordarte, me doy cuenta de que vivo más en mis sueños que en la realidad y que esos sueños no sé si me hacen bien!.
La fotografía, "atalaya", refleja un banco vacío a la vista pero lleno para el corazón desde el que te contemplo.
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